27 abril 2009

Una gran película sobre el atentado de Omagh

Este fin de semana pasado he visto una película dramática, estremecedora, impactante y bellísima. Se trata de ‘Omagh’, una coproducción británico-irlandesa del año 2004, dirigida por Pete Travis y protagonizada por Gerard McSorley (“En el nombre del Padre”, “Braveheart”, “Michael Collins”, “The boxer”, “Bloody Sunday”).



Cuenta la historia de unos padres que pierden a su hijo en el brutal atentado que el IRA auténtico perpetró en la localidad norirlandesa de Omagh el 15 de agosto de 1998, al hacer estallar un coche bomba que causó 31 muertos, dos de ellos estudiantes españoles. Relata dramáticamente y de modo más parecido a un documental, la búsqueda de la verdad por parte de una familia destrozada y las mentiras tanto de los autores del atentado y quienes les apoyaban, como del gobierno británico y la policía, que sabiendo que el atentado se podía producir no hizo nada por evitarlo y tampoco por capturar a los autores, con la elevada finalidad de no hacer descarrilar el proceso de paz.

Y si la película me encantó, más me gustó el descubrimiento de una cantante americana llamada Julie Miller, que interpreta el tema final de la película y pone verdaderamente el toque emocionante y hermosísimo en el relato. Me encanta su voz y espero que a vosotros también. Este es el tema, titulado "Broken things":



Películas como 'Omagh' son un reconocimiento a todos aquellos inocentes que han sufrido el zarpazo del terrorismo y un homenaje a su lucha tenaz e incansable por la dignidad, la Justicia y la memoria de sus seres queridos.

26 abril 2009

Poesía

SOY

Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es de uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.

Jorge Luis Borges. De su libro "La Rosa Profunda" (1975).

Feliz domingo a todos y todas.

25 abril 2009

Ataques de derechas e izquierdas

Solemos decir que cuando alguien recurre al ataque personal o directamente a la descalificación, (que no a la crítica, que esta es siempre lícita y conveniente), es que ha perdido la mucha o poca razón que le pudiera asistir. Y en esto debo considerarme muy afortunado porque en ocasiones fui víctima de ataques personales tanto por parte de sectores de derechas, como de izquierdas, lo cual ha de reconfortarme hondamente pues tales acometidas son prueba de que siempre me dediqué a hacer lo que tenía que hacer en beneficio de aquellos a quienes representaba democráticamente, sin buscar agradar a nadie que no fueran ellos, sin más objetivos que los que nos habíamos propuesto entre todos, negociando de la forma más conveniente para lograr alcanzar dichos objetivos y sin caer en las celadas que sistemáticamente me iban poniendo en el camino. Y mucho menos, negociando para mí, lo que no podría calificarse mas que de alta traición.

Tras la manifestación del 20 de enero de 2007 en la Plaza Mayor de Madrid, en el programa de televisión “Noche Hache”, de Cuatro (canal propiedad del Grupo PRISA, grupo muy cercano ideológicamente al partido socialista, como todo el mundo sabe), me dedicaron este comentario:



¿No es gracioso? Es para morirse de la risa… me parto y me troncho...

Por su parte, el periódico La Razón en su edición del día 18 de marzo de 2007, en la sección de opinión me dedicaban este puntazo:

"¿Por qué el guardia civil Perpinyá está tan feliz con la reforma?

El entusiasmo del secretario general de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, Joan Miquel Perpinyá, por la reforma disciplinaria del Gobierno ha causado sorpresa en amplios sectores de sus compañeros asociados, que no creen justificado tal brote de alegría. Según varios miembros destacados de la AUGC, el proyecto de Rubalcaba está muy lejos de las reivindicaciones exigidas en la manifestación que concentró en la Plaza Mayor a tres mil guardias con tricornio. Si ahora Perpinyá, añaden, sale en cerrada defensa del Gobierno, es porque a cambio ha recibido una serie de promesas irresistibles. Por ejemplo, es más que probable que los expedientes disciplinarios incoados contra varios dirigentes de la AUGC, incluido Perpinyá, acaben en papel mojado. Lo más interesante, sin embargo, es la oferta que al parecer ha recibido el hasta ahora díscolo dirigente sindical para canalizar el movimiento asociativo de los guardias civiles hacia el PSOE, con la promesa de que él será el líder indiscutible e intocable. “La derecha no te va a dar lo que nosotros, así que tú eliges”, dicen que le dijeron. Y claro, ya ha elegido".


Excelente demostración de rigor periodístico es terminar un artículo con un “dicen que le dijeron”… Y lo acertado de su pronóstico, queda bien a la vista y me abstendré de todo comentario por innecesario. Juzguen ustedes mismos.

Los ataques de sectores periodísticos de izquierdas y de derechas, me llenan de satisfacción porque con el tiempo queda demostrado quien tenía razón, quien actuó correctamente y quien tuvo que recurrir al ataque personal como método para intentar menoscabar mi crédito político ante la opinión pública y también dentro de AUGC. Aunque eso no debe extrañar a nadie dado que es costumbre atacar al rival por todos los lados...


22 abril 2009

Ya ha pasado un año...

El día 5 de este mes de abril se cumplió un año desde que abandoné mis responsabilidades al frente de AUGC. ¡Menudo peso me quité de encima...! Un compañero me envió un mensaje a través de facebook donde me dice que se me echa de menos en la Asociación. Le agradecí sus amables palabras, pero le dije que no lo creo y que, en todo caso, yo no echo en falta a la Asociación. Trato de colaborar con lealtad en aquello que se me pide y en lo que me apetece, pocas veces, pero lo hago de forma discreta. Tan discreta que se siguen publicando cosas en las publicaciones de AUGC que son fruto de mi trabajo, pero nadie se molesta en ponerlo. Tampoco hace falta. Lo hago porque me apetece y no necesito ponerme medallas, a estas alturas...

En todo caso, me quedo con lo que se hizo en su día y de lo que me siento profundamente orgulloso. Nadie nos regaló nada y hubo que luchar duro. Aún hoy algunos sufrimos las durísimas consecuencias de aquella lucha, aunque parece que nadie se acuerde. Quizás sea mejor así... Bueno, hay algunos que sí se acuerdan y no olvidan lo que hicimos. No lo olvidarán nunca y esperarán su momento para ejecutar su venganza por aquello. Pero trataremos de no caer en sus trampas... por más que es difícil y muy estresante.



Dice la Ley disciplinaria de la Guardia Civil que se extingue la responsabilidad disciplinaria por el cumplimiento de la sanción. Y yo ya he cumplido la sanción que se me impuso en su día, aunque está recurrida ante los tribunales (militares, lamentablemente) y por tanto aún no está dicha la última palabra. Pero está visto que algunos no tienen suficiente con las sanciones que se nos impusieron y quieren más. Vampiros con infinita e insaciable sed de sangre.

Sólo deseo que nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio haya valido para algo y no se quede en agua de borrajas; o se tire por la borda lo conseguido. Espero que los actuales dirigentes de AUGC, nacionales, autonómicos y provinciales, todos, sepan actuar acertadamente en beneficio de todo el colectivo de guardias civiles. De su acierto y su eficacia dependen muchos miles de personas. La responsabilidad es enorme y a veces, algunos parecen no asumirlo. Con todo el trabajo que tienen por delante, sólo puedo desearles suerte, que falta nos hace a todos los y las guardias civiles. Y no les arriendo la ganancia...

La vida secreta de las rosas

Tengo el gusto de compartir hoy con vosotros una bellísima canción titulada "The secret life of roses", interpretada por Andrea Zonn. La música es de Phil Cunningham y la letra de Rossane Cash. Espero que os guste.

19 abril 2009

Festival Mundial de Danzas Folclóricas en Palma

La semana pasada tuvo lugar en Palma una cita típica en la primavera cada dos años: la XIII edición del Festival Mundial de Danzas Folclóricas 2009. Toda una explosión de música, danza, colorido, y multiculturalidad se desarrolla en Palma durante cinco días, con actuaciones en directo en diversas plazas de Palma, de grupos de 34 países. Los lectores habituales de mi blog ya conocen mi pasión por la música Folk. He presenciado varias actuaciones y sin duda, la más cautivadora fue la del grupo Nrityanjalie de la India. Me encantó verles en la Plaza de Cort de Palma.

Dice Francesc Vallcaneras Jaume en el folleto de presentación del festival (http://www.worldfolkdance.com/), “No creo en las diferencias entre nosotros por cuestiones de procedencia o etnias. No puede haber discriminación posible por ser de diferente color, religión o tener costumbres diferentes. Todos hacemos el viaje embarcados en la misma nave: La Tierra”. Acertadísima reflexión para una demostración de hermanamiento universal en torno a la danza, la música y el folclore, que constituye este fenomenal festival.

Aquí tenéis un pequeño vídeo con algunas actuaciones:

Por otro lado, el sábado noche estuve en el pequeño pueblo de Calvià, con Xisco, en la Fira de ganadería ovina y caprina. Estuvimos viendo ovejas y cabras de diferentes razas. Cenamos carne de cerdo torrada y después vimos una actuación de “Musica Nostra”. La gente bailó boleros, jotas y fandangos típicos mallorquines. Y más tarde, una actuación de ‘xeremiers i fabiolers’ en el bar “Sa Central”, momento que podéis ver en este otro vídeo:

Palma empieza a animarse, a despertar de un invierno especialmente frío y lluvioso. Empiezan a verse bastantes turistas por las calles y plazas de Palma y cada vez apetece más disfrutar de la ciudad paseando tranquilamente, siempre que no haga mal tiempo...

17 abril 2009

Decimoquinto aniversario de la muerte de Pau


Hoy se cumplen quince años de la muerte de mi amigo Pau Julià. Tenía entonces veintidós años. Tal día como hoy, del año 1994, moría en el Hospital Son Dureta de Palma, víctima de una terrible enfermedad fulminante, que sobrevino sorpresivamente y terminó con su vida en tan sólo seis días. La noche antes de que le ingresaran habíamos estado de copas por el Paseo Marítimo Toni, Pau y yo. La desaparición súbita de un gran amigo fue mi primer contacto con la muerte en alguien muy cercano. Yo tenía entonces 20 años. Jamás había meditado en profundidad sobre la muerte y en cierto modo, ni siquiera había tomado conciencia de que algún día podía tocarme a mí o a alguien cercano, y eso que llevaba viendo muertos y gente enferma y accidentada desde los 16 años, cuando empecé a trabajar en Ambulancias Insulares como sanitario...

La experiencia de la muerte de Pau cambió por completo mi visión de la vida. Me sucedió entonces como al corcho que se ha pasado años en la bodega, haciendo compañía al vino en la botella, y de golpe… ¡plop!... y un tirón, y ya no es más que corcho. Puedo afirmar con rotundidad que hasta aquel momento mi vida era francamente feliz, o mejor sería decir que había tenido una visión de la vida muy plácida y despreocupada. Adocenada quizás. Tras la marcha de Pau, todo cambió. Esencialmente, mi modo de participar en este juego que es la vida.


Serenamente, hoy recuerdo aquel día de inmenso dolor por el amigo que se marcha para siempre, y me parece increíble que hayan pasado ya quince años… quince años que son un instante, o a mí me lo parece. Hoy recuerdo con mucho cariño a Pau y a toda su familia. Y caigo otra vez en la cuenta de lo que es la vida.

Curiosamente, quiso la coincidencia que también un 17 de abril, pero esta vez de 2001, naciera la segunda hija de Toni y Joana Maria – per a molts d’anys, Mercè!!! –, buenos amigos también de Pau. Recuerdo cuando me llamó Toni para contarme la buena noticia y le pregunté “¿sabes qué día es hoy…?” Tomé conciencia aún más todavía de que la vida viene así a sustituir a la muerte… y la muerte a la vida. Y así siempre y sin parar.

Escribió Arthur Schopenhauer, en su libro “El amor, las mujeres y la muerte”: “La vida no se presenta en manera alguna como un regalo que debemos disfrutar, sino como un deber, una tarea que tenemos que cumplir a fuerza de trabajo. De aquí, en las grandes y en las pequeñas cosas, una miseria general, una labor sin descanso, una competencia sin tregua, un combate sin término, una actividad impuesta con una extremada tensión de todas las fuerzas del cuerpo y del espíritu”. Termino así con una cita del «más elegante y atractivo de los filósofos modernos, a despecho de lo antipático y desconsolador de su doctrina», como lo definió Menéndez y Pelayo.

16 abril 2009

Conferencia de Esteban Beltrán en Palma



Ayer por la tarde en el Centro de Cultura de la Caja de Ahorros de Baleares en Palma, asistí a una conferencian de Esteban Beltrán, Director de la sección española de Amnistía Internacional, con motivo de la publicación de su libro “Derechos torcidos”. El título de la conferencia fue “Tópicos, medias verdades y mentiras sobre pobreza, política y derechos humanos”. La sala se quedó pequeña y el conferenciante nos hizo reflexionar sobre cuestiones relativas a los derechos humanos, tratando de derribar tópicos que se hallan en la mente de todos. Habló sobre terrorismo, malos tratos, inmigración, y sobre todo, habló de la pobreza.

Con una perspectiva muy crítica y utilizando las convenientes dosis de ironía, Beltrán afirmó que verdaderamente no se está haciendo nada eficaz para luchar contra la pobreza. Y sugirió que por utópico que parezca, la pobreza debería ser abolida por ley, como en su día lo fue la esclavitud o la pena de muerte. De hecho, hoy en día las democracias modernas no “toleran” (lo entrecomillo, porque no se puede afirmar con mucha rotundidad lo que voy a decir, a tenor de la tolerancia de muchos países, entre ellos España, con los vuelos secretos de la CIA, llevando presos a Guantánamo…) que se torture, ni que se vendan esclavos, pero sin embargo sí aceptamos que gran parte de la población mundial no tenga acceso al agua potable ni a un sistema de salud y que miles de niños mueran por malnutrición cada año. Desde esa perspectiva, Esteban Beltrán abogó por el reconocimiento en la Carta de Derechos Humanos, de un nuevo derecho que ayude efectivamente a combatir contra la pobreza, pues eso crearía que la ciudadanía demandara a sus Gobiernos actuaciones reales y efectivas para combatir la pobreza y no meras actuaciones publicitarias de cara a la galería, que a la postre no sirven para avanzar nada, pues seguimos igual que estábamos o quizás peor, ahora que vivimos una etapa de recesión económica mundial.
Voy a leer el libro y ya os contaré lo que me ha parecido, pero ayer Esteban Beltrán lo vendió muy bien y durante más de una hora y media nos hizo cuestionarnos muchas cosas y reflexionar sobre muchos tópicos y mentiras que los Gobiernos han incrustado en la mente de la opinión pública.

Reproduzco lo que publicó el Diario de Mallorca y una entrevista que le hiceron en el programa "La Rosa de los Vientos" de Onda Cero:

http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009041600_2_454826__Mallorca-Esteban-Beltran-asegura-ningun-Gobierno-lucha-para-combatir-pobreza




14 abril 2009

Nueva ley de libertad religiosa

© mde.es


El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado esta mañana a los diputados, senadores y eurodiputados de su grupo parlamentario que va a impulsar una nueva ley orgánica de libertad religiosa, lo cual sólo podemos aplaudir por necesaria. La ley vigente data de 1980 y está ampliamente superada por la realidad sociorreligiosa del país. La Constitución de 1978 establece en su artículo 16.3 que
“Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Por tanto, el nuestro es un Estado aconfesional. Sin embargo, eso casa muy poco con los privilegios que ostenta la religión católica en virtud de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 y, fundamentalmente, por la falta de igualdad de trato con otras religiones de notorio arraigo en España, como son el judaísmo y el islamismo. ¿Acaso en la declaración del IRPF los ciudadanos que profesan las citadas confesiones pueden marcar la casilla correspondiente a sus credos, como puede hacer cualquier católico, para que el 0,7% de sus impuestos vaya destinado en concepto de asignación tributaria a su correspondiente credo religioso? ¿No debe eso ser considerado como un agravio comparativo intolerable a estas alturas?

No han tardado en saltar los exaltados ultra católicos, azuzados por la siempre bienaventurada Conferencia Episcopal, para predicar que el Gobierno ataca a la Iglesia con una ofensiva laicista, como llevamos oyendo hace años. Y yo me pregunto ¿quién ha incrementado la subvención a la Iglesia Católica del 0,52% al 0,7% en el IRPF, sino el Gobierno del PSOE, a través de los PGE del 2007, con los votos a favor del BNG, PNV y Coalición Canaria? Es más, deberíamos resaltar, para ser justos y más precisos en nuestro contra-diagnóstico que el PP, junto a los comunistas de IU-ICV y Chunta Aragonesista votaron en contra; mientras CiU, ERC, EA y Nafarroa Bai se abstuvieron en la votación… ¿No es un tanto llamativo?

Soy de la opinión que la Iglesia debe recibir cada vez menos apoyo económico del Estado y debe tender a la autofinanciación con el dinero de sus fieles, cosa que está perfectamente contemplada en los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, aunque no se cumple en España, por más que se hace sin ningún problema en otros países europeos como Alemania, país de donde es originario el actual papa Benedicto XVI. Sólo así podremos afirmar que la Iglesia es absolutamente independiente del Poder, aunque nos cabe la nunca bien disipada duda de si alguna vez ha querido serlo efectivamente, que eso es algo que nunca ha sido aclarado del todo.

Y en lo que corresponde al Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas, también creo que sería bueno que se revisase el acuerdo de 3 de enero de 1979 donde se establece entre la Santa Sede y el Estado Español un nuevo Acuerdo sobre la “Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas y Servicio Militar de Clérigos y Religiosos”, y se derogara el Real Decreto 1.145/1990, de 7 de septiembre, por el que se crea el Servicio de Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas, de forma que desaparezca, como sucedió en los tiempos de la II República, el Arzobispado Castrense, ya que constituye un absoluto y total anacronismo. Incluso la elección del Arzobispo Castrense es un procedimiento absolutamente rancio y arcaico, pues lo nombra el Papa a propuesta de Su Majestad el Rey – de todos los españoles, añado yo, aunque se sobreentenderse – de entre una terna de eclesiásticos convenida entre la Nunciatura y Asuntos Exteriores y aprobada finalmente por la Santa Sede. ¿Sucede lo mismo con el resto de confesiones? La nueva ley orgánica debe solucionar estas distorsiones de la libertad religiosa y de culto, tradicional y exageradamente a favor de la religión católica, cuyo papel preponderante es desmedido, lo cual conculca los derechos de los creyentes en otras confesiones, además de poner en cuestión la aconfesionalidad del Estado establecida en nuestra Carta Magna. La profesionalidad de las FAS, la pluralidad religiosa actual y la entrada de inmigrantes en los Ejércitos, hace conveniente que todo ello sea revisado de forma que se garantice la libertad religiosa de todos y todas y no únicamente a los católicos, además de la legítima y deseable separación entre Iglesia y Estado.

09 abril 2009

Semana Santa


De la novela escrita por el Premio Novel de Literatura José Saramago y publicada en 1982, “Memorial del Convento”, una genial descripción del absurdo ritual procesional que se practicaba, ¡y aún en ciertos lugares se practica…! en días como el Jueves Santo. Muchas muestras públicas de devoción religiosa, que las privadas ¿para qué sirven…? Es tiempo de luto, capirotes y peinetas. Termina la Pascua e inmediatamente y haciendo gala de la hipocresía característica, muchos de los que con tanta exageración demuestran su fe en auténticos becerros de oro, literalmente, - más para que lo vean otros que para que lo vea Dios, que él ya lo ve todo, hasta debajo del capirote, sin necesidad de descubrir el rostro, o eso me enseñaron - ya sean curas, monjas o laicos, regresan a su verdadera naturaleza egoísta, sectaria e intransigente, que tan poco comulga con las enseñanzas de Jesús de Nazaret.

"Va a salir la procesión de la penitencia. Castiguemos la carne por el ayuno, macerémosla ahora con los zurriagos. Comiendo poco se purifican los humores, sufriendo un algo se lavan las costuras del alma. Los penitentes, hombres todos, van al frente de la procesión, inmediatamente detrás de los frailes que llevan los pendones con las imágenes de la Virgen y del Crucificado. Tras ellos aparece el obispo bajo rico palio, y luego los santos en las andas, el regimiento interminable de curas, cofradías y hermandades, pensando todos en la salvación del alma, convencidos algunos de que no la han perdido, dudosos otros hasta hallarse en el lugar de la sentencia, quizá uno de ellos pensando que el mundo está loco desde que nació. Pasa la procesión entre filas de gente, y cuando pasa se arrastran por el suelo hombres y mujeres, se arañan la cara unos, se arrancan otros mechones de pelo, se dan todos de bofetadas, y el obispo va amagando bendiciones a un lado y otro, mientras un acólito maneja el incensario. Lisboa huele mal, huele a podrido, el incienso da un sentido a la fetidez, el mal es de los cuerpos, que el alma, ésa, es perfumada.

En las ventanas hay sólo mujeres, ésa es la costumbre. Los penitentes llevan grilletes alrededor de las piernas, o cargan sobre los hombros gruesas barras de hierro pasando sobre ellas los brazos, como crucificados, o se aplican zurriagazos con las disciplinas hechas de cordones en cuyos cabos hay bolas de cera dura armadas con puntas de cristal, y, los que así se flagelan, son lo mejor de la fiesta porque exhiben verdadera sangre que les corre por la espalda, y claman estrepitosamente, tanto por los motivos que el dolor les da como de obvio placer, que no comprenderíamos si no supiéramos que algunos tienen su amor en la ventana y van de procesión no tanto por salvar el alma como por pasados o prometidos gustos del cuerpo.
Presas en el alto copete o en la propia disciplina llevan cintitas de colores, cada uno la suya, y si la mujer elegida que desde la ventana ansía de angustia, de piedad por el amado sufridor, si no también de gozo al que sólo mucho más tarde aprenderemos a llamar sádico, no supiere, por la fisonomía o la silueta, reconocer al amante en aquella confusión de penitentes, pendones, gentío derramado en pavores y súplicas, vocear de letanías, ondear desajustado de los palios, bruscos cabeceos de las imágenes, adivinará al menos por la cintita rosa, o verde o amarilla, lila si no roja o color del cielo, que aquél es su hombre y servidor, que le está dedicando el vergajazo violento y que, no pudiendo hablar, brama como toro en celo, pero si a las mujeres de la calle, y a ella misma, les parece que falta vigor al brazo del penitente o que el vergajazo fue de esos que no abren laña en la piel, y desgarrones que desde aquí arriba se vean, entonces se levanta del coro femenino la rechifla y lo abuchean, posesas, frenéticas, las mujeres reclaman fuerza en el brazo, quieren oír el restallar de los rabos de la tralla, que corra la sangre como corrió la del Divino Salvador, mientras palpitan bajo las redondeces de las faldas, y aprietan y abren los muslos según el ritmo de la excitación y su avance. Está el penitente justo ante la ventana de la amada, abajo en la calle, y ella lo contempla dominante, acompañada tal vez de madre, o prima, o aya, o tolerante abuela, o tía acedísima, pero sabiendo todos muy bien lo que allí pasa, por experiencia fresca o remota remembranza, que Dios nada tiene que ver con esto, que todo es cosa de fornicación, y probablemente el espasmo de arriba viene a tiempo de responder al espasmo de abajo, el hombre arrodillado en el suelo azotándose furiosamente, frenético, mientras gime de dolor, la mujer mirando con ojos desorbitados al macho derrumbado, abriendo la boca para beberle la sangre y lo demás. Se ha parado la procesión el tiempo suficiente para que concluya el acto, el obispo bendijo y santificó, la mujer siente aquel delicioso relajamiento de los miembros, el hombre sigue adelante, va pensando, con alivio, que a partir de este momento no va a necesitar azotarse con tanta furia, que lo hagan otros para gusto de otras".

El Jueves Santo acompañé a mi madre a ver la procesión del Cristo de la Sangre, en Palma. No he hecho ningún otro sacrificio, que bastante tengo yo con cargar conmigo mismo. ¿Acaso os parece poca penitencia…? De las peores y más duras que han podido tocarme... pero la acepto con cristiana resignación. Amén.





06 abril 2009

Homofobia en la Universidad



Este vídeo es un testimonio muy claro de que hay algunos ilustres catedráticos y profesores de universidad, quienes por más que impartan clases y conferencias, la ignorancia les rebosa por las orejas, de tal forma que oírles dar lecciones a sus alumnos (si así cabe denominar lo que acabamos de ver, de lo cual no estoy seguro), avergüenza y ofende a la inteligencia. La profesora titular del departamento de bioética de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, María Gloria Tomás Garrido, nos acaba de dar un ejemplo de primera mano de lo que no debiera suceder nunca en una universidad, ni tan siquiera privada y católica.

He visto su polémica intervención repetidas veces y aún me pregunto ¿qué tiene de científica la intervención de la profesora Gloria Tomás Garrido? Durante el tiempo que dura el vídeo no he oído ni un solo argumento científico, basado en hechos contrastados, en la observación empírica, en la ciencia y en el saber, en suma. Todas sus afirmaciones, mejor sería decir sus difamaciones, son producto de su fanatismo religioso y sectario, de su intransigencia moral recalcitrante y de su enorme arrogancia. Pero no en la ciencia y en el conocimiento. ¡Y aún tiene la caradura de afirmar que en ningún momento ha pretendido ofender a ninguna persona homosexual!

¿Y qué menos que en una universidad, aunque sea privada y muy católica, se oigan argumentos científicos y no meras conjeturas y opiniones carentes de todo razonamiento científico? Cuando afirma que la homosexualidad dejó de ser catalogada por la OMS como una enfermedad por razones políticas, ¿cita una sola de esas razones políticas? Por supuesto que no. Todos sus argumentos me recuerdan tanto a los utilizados por otro fanático ultracatólico, el catedrático de psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, Aquilino Polaino en el Senado, cuando allí le llevó el Partido Popular revestido de autoridad científica para que iluminase a sus señorías sobre lo perversa que es la homosexualidad y lo bien que estaban las leyes ignorando los derechos de los “invertidos”, “desviados sexuales” y a los “depravados”, mejorando lo presente, que formamos parte de la comunidad LGBT.

Desde que he oído a esta buena mujer, sabia donde las haya, no duermo bien. Me corroe por dentro la duda de si yo soy homosexual por “un mal uso” o por enfermedad. Por un mal uso, creo poder descartarlo. No he vivido tan dramática y traumática experiencia como la que refiere la profesora. Si es por enfermedad, no sé si tengo mal la proporción de los sexos y si eso es regulable… Descartada la genética, porque la profesora Tomás Garrido ya ha explicado que eso está estudiadísimo que no puede ser… y por tanto, la homosexualidad debe poder curarse, aunque sea complicado… Tampoco puedo considerarme “niño de la llave” de la forma tan pedagógica como lo explica la ilustre y muy católica profesora. Un caso, “a lo mejor tonto”, de un cargo del colegio (se sobreentiende que se refiere a los abusos sexuales en colegios religiosos católicos, que es donde más “casos tontos” de esta índole se han constatado desde hace tantos años…)

Estoy meditando si ponerme en tratamiento… pero todos los psiquiatras y psicólogos que me han examinado a lo largo de mi vida, especialmente en los últimos quince años, han coincidido en que no debo preocuparme por mis preferencias sexuales y que ellos, hasta donde llega la ciencia (no hablo de los exorcismos, pues naturalmente donde haya un buen exorcismo y un buen capellán dispuesto a practicarlo, que se quite la ciencia de todos los médicos y universidades del mundo…) no tienen remedio para mi patología. Que la homosexualidad no me causa ningún mal ni a mí ni a quienes están a mi alrededor. Tampoco a la sociedad, aunque haya quien pretende hacer ver que sí y que la homosexualidad es tremendamente perniciosa para la sociedad y para el mundo civilizado en general, pues aceptar como normal lo que es una enfermedad, hace que este mal se propague como la peste, cosa que debe ser evitada a toda costa.

Fanáticos integristas ultracatólicos que tildan de perversidad la homosexualidad. Yo opino (y en esto no hay ciencia, sino únicamente opinión) que ellos son los perversos, pues según el diccionario de la RAE, perverso es un adjetivo para calificar a alguien sumamente malo, que causa daño intencionadamente. Y que lo hagan desde la cuna de la ciencia y del saber, la Universidad, es claramente sintomático de lo bajo que ha caído nuestro sistema universitario cuando en ciertas universidades sus aulas no son utilizadas para enseñar ciencia, sino para predicar y adoctrinar con testimonios sin base científica alguna y sin más criterio que el basado en la moral tradicional católica. Ojalá resplandeciesen, como canta el “gaudeamus igitur”, los profesores de universidad, por su capacidad de transmitir conocimientos científicos. Para las homilías y las prédicas ya tenemos a los curas y a la Conferencia Episcopal: otro claustro de grandes hombres sabios, santos varones todos ellos, a quien buena falta hace también que Dios los ilumine para que resplandezcan, pero si es posible por sus cualidades cristianas y no por su integrismo religioso y su falta de caridad.

No es la homosexualidad lo que debe ser estudiado y reprimido. Es la homofobia. Ahí está el verdadero peligro y esa sí es una verdadera enfermedad altamente contagiosa. Y esta señora es un ejemplo preclaro de que hasta un profesor universitario puede decir sandeces y destilar homofobia con la excusa de dar una conferencia. Me consuela bastante ver la cara de vergüenza ajena de la profesora que acompaña en la mesa a la homófoba Tomás Garrido, porque la pobre no sabe dónde meterse… y no es para menos. Es lo que tiene compartir mesa con una talibán radical que si por ella fuera, en lugar de dirigir el departamento de bioética, dirigiría la Santa Inquisición.

Como yo no tengo carrera universitaria, es posible y más que seguro que mis opiniones no tengan ninguna ciencia. Pero eso no tiene pecado, pues es lo que se espera de mí. El pecado está en que una profesora de universidad sea perversa y diga estupideces que contradicen cualquier visión científica de la cuestión e incluso los sostenidos desde hace muchos años por la comunidad científica internacional, ante sus alumnos o ante los asistentes a una conferencia. Yo, sinceramente, opino que esta buena mujer necesita verdaderamente que le peguen un buen polvo para quitarse de la cabeza tantas gilipolleces. Es más, posiblemente, lo que le haga falta es sentir un buen orgasmo, cosa que dudo le haya sucedido alguna vez. Hasta que no supere ese trauma, no logrará ser una buena profesora de bioética. Le recomiendo que intente hacerlo. Seguro que será mejor persona. Y menos perversa.

05 abril 2009

El Derecho a la intimidad en la Guardia Civil


Hace algunos días, un compañero me envió un correo electrónico planteándome sus dudas y recabando mi parecer sobre si tenía obligación de comunicar en su Unidad el hecho de que iba a contraer matrimonio. Él hace ya años que formaba pareja de hecho debidamente inscrita en el Registro oficial correspondiente existente en la Comunidad Autónoma donde reside y ahora está planteándose, junto a su pareja, casarse.

La respuesta que le di fue que debía ser consciente de que él, junto a su pareja de hecho, sea del sexo que fuere, que eso al caso es lo de menos, ya tiene una familia desde el punto de vista de la legalidad vigente. Y la familia como tal (en todas sus variantes, no únicamente como la conciben algunos y especialmente la Iglesia católica y otros grupos religiosos ultraconservadores), está especialmente protegida en la Constitución, concretamente en el artículo 39, que en su punto 1 dicta: “Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia”. Sea con la forma jurídica que en su día adoptasen (inscripción en el correspondiente Registro de Parejas de Hecho de la Comunidad Autónoma), sea por la vía de hecho (debemos recordar que muchos años de convivencia demostrada con un vínculo afectivo análogo al del matrimonio, que pudiera demostrarse de cualquiera de las formas admitidas en Derecho –testimonios de amigos, fotografías, pertenencias en común, etc.-, según la jurisprudencia del Supremo, eso ya constituye una prueba suficiente de la existencia de un vínculo familiar), y por tanto, la existencia de una relación de pareja de hecho ya acredita que se es una familia. Por supuesto, la fórmula del matrimonio es la institución jurídica que mayor protección otorga a una pareja en todos los ámbitos, aunque también constituye un conjunto de serias obligaciones, pero básicamente recíprocas entre los miembros del matrimonio.

Comoquiera que el artículo de la Constitución en su artículo 18.1 garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, según mi modesto entender, nadie puede obligar a un guardia civil a declarar nada relativo a ese ámbito, al de la intimidad personal y familiar, ya no a la Guardia Civil, sino a nadie que uno mismo no quiera. Y diré más: nadie puede, sin vulnerar la ley, indagar en ese terreno que está especialmente protegido en el Capítulo II de la Constitución como un Derecho Fundamental.

Este Derecho, por nuestra condición de miembros de la Guardia Civil, no tiene restricción de ningún tipo en la Ley Orgánica reguladora de los Derechos y Deberes de los miembros de la Guardia Civil, la 11/2007, de 22 de octubre (que conseguimos, viene al caso que lo recordemos ahora, gracias a la manifestación del 20 de enero de 2007 en Madrid y a la posterior negociación con el Gobierno y con los grupos parlamentarios). El artículo 5 de la citada Ley Orgánica dice:

“Artículo 5. Derecho a la intimidad y a la vida privada.
Los miembros de la Guardia Civil tienen garantizados los derechos a la intimidad, a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comunicaciones, en los términos establecidos en la Constitución y en el resto del ordenamiento jurídico”.


Y además, el artículo 3 de dicha Ley Orgánica reza:
“Artículo 3. Igualdad.
1. En el régimen interno y funcionamiento de la Guardia Civil no podrá establecerse ni practicarse discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo u orientación sexual, religión, opinión, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.


Así pues, ninguno de nosotros tiene obligación de declarar oficial ni extraoficialmente nada que pertenezca a la esfera de nuestra intimidad personal y familiar, nadie tiene ni siquiera el derecho a preguntar sobre ello y, en caso de ser interrogados al respecto, siempre se puede responder que esa cuestión es del ámbito de nuestra vida privada y eso está protegido por la Constitución y por la Ley Orgánica reguladora de los Derechos y Deberes de los miembros de la Guardia Civil y que cualquier actuación o decisión por parte de quien fuere, que invada nuestra vida privada, supone una clara intromisión ilegítima. La Ley es clara. Si alguien se casa, con quién se casa, dónde se casa, etc., todo eso forma parte de nuestra esfera íntima y privada. Nadie que uno mismo no quiera, y mucho menos responsables de una Institución pública como es la Guardia Civil, puede ni siquiera preguntar sobre eso y nosotros, por descontado, no tenemos por qué responder a cuestiones de ese ámbito que es privativo de cada cual y de su familia. De nadie más.

Mi amigo también me preguntó si, dado que no declaraba en su Unidad que se había casado, le podían denegar derechos y beneficios que corresponden a su cónyuge y que debe solicitar a través de su Unidad y por conducto reglamentario. Yo le respondí que cuando uno o una contrae matrimonio, obtiene un Libro de Familia y su cónyuge tiene todos los derechos inherentes a esta condición, al igual que el resto de miembros de la familia, independientemente del trámite que se requiera para ejercer ese derecho, sin que se pueda sufrir merma de los derechos o beneficios por cuestiones de mero trámite. En mi opinión, por una cuestión de trámite no se puede privar a nadie de ningún derecho derivado de su condición de matrimonio y habría que analizar cada circunstancia concreta, pero estoy convencido de que siempre habrá una forma de solicitar por conducto reglamentario (si se diera el caso de que eso sea necesario y obligatorio…) de forma que se garantice el superior derecho a la intimidad personal y familiar. Hay fórmulas jurídicas válidas en Derecho para no tener que dar explicaciones donde no existe obligación de darlas, ni la Administración Pública (o la Guardia Civil) de pedirlas, reitero. Además, siempre se puede solicitar cualquier trámite pero aportando la documentación en sobre cerrado y haciéndolo constar así en la solicitud, de forma que únicamente pueda abrirlo la Autoridad u Organismo a quien vaya dirigido, o también alegar que la documentación donde se incluyan datos relativos a la intimidad personal y familiar se aportará directamente ante la Autoridad competente cuando esta lo requiera.

Sobre permisos urgentes o permiso extraordinario por boda, únicamente hay que demostrar ante los superiores que un familiar directo está enfermo, lo cual puede certificar el médico responsable del tratamiento sin necesidad de consignar en el certificado que se solicite al efecto, datos personales del cónyuge. Podría incluso bastar con las iniciales del enfermo. Para denegarlo, serían los mandos competentes para otorgar dichos permisos quienes tendrían que justificar por qué lo hacen, pero en ningún caso pueden invadir nuestra intimidad familiar, de la que forma parte la filiación del cónyuge. Sobre el permiso extraordinario por boda, exactamente igual. Sólo se debería probar que uno tiene intención de contraer matrimonio, pero en ningún caso se tiene obligación de decir con quién ni especificar el sexo, o la nacionalidad… Y eso nos lo podrían justificar en el Registro Civil sin necesidad de consignar datos personales de nuestra pareja…

Al margen de las cuestiones que me planteaba este compañero sobre el matrimonio, quiero decir que en no pocas ocasiones hemos podido observar que con el pretexto de interesarse personalmente por nosotros, algunos superiores e incluso “compañeros” indagan en lo que cada cual hace fuera de servicio y concretamente en aspectos correspondientes a nuestra intimidad. Y que en base a la información que obtienen, consiguen a veces datos que podrían perjudicarnos en eventuales y futuros procesos disciplinarios. Es importante que todos sepamos que no tenemos ninguna obligación de responder a preguntas que supongan una intromisión en nuestra intimidad personal y familiar. Es nuestro derecho, y mi recomendación personal es que se debe desconfiar cuando se es objeto de preguntas de este tipo y, por tanto, no caer en la tentación del “buen rollito” para contestar dónde has estado en el día libre, o con quién, o qué hiciste el sábado noche cuando estabas fuera de servicio o dónde te has ido de vacaciones, o cómo va tu relación con tu pareja… Un seco: “con el debido respeto, no le incumbe, eso forma parte de mi intimidad” es una magnífica respuesta que todos debiéramos tener bien a mano en estos casos.

Aquellos tiempos donde los superiores podían entrar en los pabellones libremente, o cuando había que pedir autorización previa para casarse, o cuando no se podía salir de la demarcación ni para ir al pueblo vecino sin la debida autorización de nuestros mandos, felizmente, ya pasaron a mejor vida. Hagámonos todos a la idea y ejerzamos libremente nuestros derechos que tanto esfuerzo y sacrificio ha costado conseguir.

04 abril 2009

Amistad

Hoy quiero hablar de la amistad. Cuando hace unos meses decidí abrir una cuenta en facebook, una de estas novedades de Internet que muchos denominan “redes sociales”, me di cuenta de que mucha gente me invitaba a ser su amigo. Algunos eran absolutos desconocidos; otros muchos, únicamente conocidos; unos pocos, amigos. Entonces, tienes que decidir si aceptas o no la invitación. Pero me sucedió y sigue sucediéndome, lo que apuntaba Luis Antonio de Villena en su libro “mi colegio”: “A la palabra amigo (que los españoles usan con tan alegre y vano desenfado), le tengo un tanto de miedo yo y otro tanto de buen respeto”.

Es cierto que en ocasiones, cuando uno conoce a alguien, se da cuenta instintivamente de que aquello es el comienzo de una gran amistad. Así me ha sucedido en no pocas ocasiones e incluso cuando el inicio de nuestro conocimiento fue incluso telefónico. Así me pasó con Pedrito A. En otras ocasiones, la amistad se torna verdadera desazón cuando no se ve correspondida. O cuando alguien a quien uno considera verdaderamente un amigo o amiga, nos traiciona o nos causa un mal de forma deliberada. En estos casos, el dolor que se siente es especialmente hiriente, aunque tiene un poso pedagógico innegable que corre el peligro de tornarse en permanente desconfianza, lo cual tampoco facilita tener relaciones amistosas con el resto de seres humanos que nos rodea… Supongo que todos hemos experimentado eso alguna vez. Y luego están esos a quienes uno debe llamar AMIGO en mayúsculas. Que han demostrado serlo en toda circunstancia, favorable o adversa. Y cuya compañía, aunque sea en silencio, raro en mí, –ya no digo una buena conversación–, llena tantísimo…

No negaré que estoy en un momento de mi vida propenso a la melancolía, supongo que propiciada por estos días lluviosos de primavera, tan poco propios de Palma, y que más me recuerdan a mis paseos con el paraguas cerrado por Bilbao, con el chirimiri cayendo, por supuesto. Y con un cierto escepticismo sobre los asuntos que me rodean. De hecho, subrayé de la última novela de José Saramago titulada “El viaje del elefante”, que estoy terminando de leer y aprovecho para recomendar: “la dura experiencia de la vida nos ha demostrado que no es aconsejable confiar demasiado en la naturaleza humana, en general”. Pero como he dicho antes con otras palabras, lo que no nos mata, nos hace fuertes. Y yo estoy decido a aprender de la vida, cada día un poco más, en compañía de mis verdaderos amigos.

Termino con una recomendación: a todos aquellos que me leen desde Palma, en Ses Voltes hay una exposición que me encantó. El jueves noche estuve con Jose viéndola, el día de su inauguración. Se trata de la obra fotográfica de Álvaro Leiva, denominada "Mare". Merece la pena visitarla y apreciar el detalle de las imágenes con detenimiento. Fotografías de gran formato con un nexo común: gentes de países del mar Mediterráneo. La joya que nos rodea y que nos da vida. Y a veces, hasta enormes momentos de felicidad…

01 abril 2009

Cuatro palabras son suficientes

Empezamos el mes de abril con un poco de música. Ya os hablé del grupo de folk rock catalán 'Tradivàrius', ya desaparecido hace algunos años.

De su disco "Al límite del peligro", os ofrezco la canción titulada "Cuatro palabras", con la que me siento muy identificado, ya que relata de una manera muy acertada mi forma de entender la vida. Traduzco la letra, para que todos y todas podáis disfrutar esta buena canción:



Necesito ser un delincuente,
Alguien que actúa fuera de la ley,
Un hombre de aspecto perverso
Con la cabeza fría y el corazón caliente.

Necesito ser un delincuente,
Un gato con instinto rebelde,
El lanzador de piedras que está en movimiento
El que siempre huye del buen pensamiento.

No quiero quedarme callado
Encontrarme acomodado,
Quiero saltar al otro lado.
No quiero quedarme parado,
Quiero ser el hombre del saco
Que trae la perversidad.

Cuatro palabras son suficientes
No necesito pistolas contra leyes de cartón.
Cuatro palabras son suficientes
Aquí tengo las armas de la pasión.
Cuatro palabras son suficientes.

Necesito ser un delincuente,
Un secuestrador de los buenos sentimientos,
Un insumiso, un amor temprano,
Una idea que tira por derecho.

Necesito ser un delincuente,
Un ladrón de sueños a contra corriente,
Amigo de la oscuridad que no se corta un pelo
Un amor robado, que no pare el tren.

No quiero quedarme callado
Encontrarme acomodado,
Quiero saltar al otro lado.
No quiero quedarme parado,
Quiero ser el hombre del saco
Que trae la perversidad.

Cuatro palabras son suficientes
No necesito pistolas contra leyes de cartón.
Cuatro palabras son suficientes
Aquí tengo las armas de la pasión.
Cuatro palabras son suficientes.