Ahora que al fin hemos recuperado para el disfrute vecinal
la Plaza del Parque de Vila, a la que básicamente se ha cambiado el pavimento
(y se ha dejado, por diversas circunstancias, con menos de la mitad del
arbolado que tenía en noviembre, cuando comenzaron las obras de reforma),
comienzan a surgir las primeras críticas por la nueva pavimentación, una obra
maestra de la ingeniería en la que se ha utilizado hormigón tintado que deja a
la vista los áridos que la componen, con sus diferentes colores, intensidades y
texturas pétreas. Ya nos avisaron los arquitectos y los responsables
municipales que los áridos quedarían a la vista, luego a la vista está que
cuando alguien sufra una caída se dejará las rodillas desolladas. Pero para
quienes tengan esa propensión, podemos replicarles que gracias a la propia
naturaleza del pavimento y a su rugosidad, será más difícil resbalarse. Por los
niños no hay que preocuparse demasiado, porque todo el mundo sabe que son de
goma y que, además, la Plaza del Parque parece una zona ‘only adults’, en la
que no hay juegos infantiles ni nada de eso, gracias a Dios. Y en último
extremo, siempre se puede colocar a la chiquillería unas rodilleras de esas que
suelen usar cuando van en patines, con lo que el riesgo de lesión quedará
convenientemente disminuido.
Al final uno se pregunta si alguna vez nos contentaremos con
algo. Si el pavimento fuera demasiado liso nos quejaríamos del riesgo de
patinar y caernos; si es rugoso, lo hacemos porque en el caso de caída te dejas
la piel allí mismo. Miren si no al concejal de EPIC Antonio Villalonga, que se
quejaba cuando los contenedores de basuras tenían pedal y ahora que no llevan,
también se queja. Es normal, porque cuando uno es concejal de la oposición y
además el único de su partido, solo le queda quejarse y poco más. Pero tampoco
es correcto que para contrarrestar sus frecuentes salidas de tono y sus malévolas
insinuaciones de connivencia o proximidad con tal o cual empresa contratista,
se le califique de ‘rey de los payasos’ como hizo el primer teniente de
alcalde, Alfonso Molina, al perder los nervios en un breve instante en que el
alcalde se había ausentado del pleno. Villalonga exaspera al equipo de gobierno
de Eivissa y a menudo se comprende, pero eso no justifica utilizar exabruptos
en el pleno.
Agotar la paciencia
También el alcalde Rafa Ruiz advierte de estar agotando su
paciencia con la eterna apertura de la estación de autobuses CETIS. Lo hizo
durante la rueda de prensa donde anunció un concurso de ideas para construir la
Casa de la Música de Vila. Por sus palabras de amargura y desesperación cabe
interpretar que responsabiliza al Consell y a la empresa concesionaria del
CETIS, Sagalés, del retraso en el inicio de las obras, aunque luego quiso
rebajar el tono. Y es que este asunto ya supone un desgaste excesivo para
cualquier responsable político. Aunque el president Vicent Torres al ser
preguntado por ello en el programa ‘Bona Nit Pitiüses’ de la TEF, se mostró
confiado en que la estación podrá abrir esta temporada estival, pareció más un
deseo que una realidad, incurriendo en una más que posible nueva causa de
desilusión. No parece realista que a estas alturas se quiera hacer creer a los
usuarios del transporte público que este verano la estación del CETIS estará
operativa.
Protestas
Ya comienzan a abundar las sábanas colgadas en los balcones,
en las inmediaciones del antiguo retén de la Policía Local de Vila, donde el
Ayuntamiento quiere ubicar el nuevo albergue o centro de alta exigencia, con el
lema: “Albergue sí, pero en Es Gorg”. No parece que las protestas vayan a
parar, básicamente porque los vecinos no creen que el perfil de usuarios del centro
sea el que el concejal Joan Ribas y los servicios sociales municipales dicen que
será. Los vecinos quieren garantías de que no habrá en el albergue personas con
adiciones a alcohol o drogas, ni enfermos psiquiátricos sin tratamiento, pero
mucho me temo que aunque se lo garanticen ante notario, los vecinos que están
en contra del albergue no modificarían su posición. Temen lo que desconocen y
será difícil disipar su temor, convertido ya en protesta textil indefinida.
La otra protesta que se avecina es la del colectivo de
Afectados por los alquileres, que van de la mano de la PAH Afectados por las
hipotecas. Surgen de la indignación, forman -o formaban, quién sabe- la savia
de Podemos, pero han sido abandonados a su suerte y denuncian la inacción de la
administración ante los alquileres abusivos y aquellos que realquilan viviendas
con fines especulativos. Pasan los meses, la situación se agrava y nadie hace
nada. Viviana de Sans, vicepresidenta del Consell y consellera responsable de Vivienda,
se excusa en la falta de competencias y en que el problema ya es demasiado
grande y se escapa de sus posibilidades, pero cabe preguntarse qué han hecho
los diputados de Podem en el Parlament o en el Congreso de los Diputados. Y
además, en este contexto de emergencia social y habitacional al que siempre
aluden los podemitas, aunque siempre para sacudirse su responsabilidad y
apuntar a otros como los culpables, es razonable preguntarse si es razonable
dedicar más de 14,5 millones de euros al Plan de subvenciones del Consell d’Eivissa,
con incrementos de hasta el 121% para determinadas áreas. Este brutal
incremento tiene un tufo electoralista que tira para atrás. Que pasen un feliz
domingo.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)