08 enero 2018

UNA TROPA DE RACISTAS

Alguien ha abierto una cuenta en Twitter para pedir la “desmilitarización” de Mallorca. Se dice así, como si la isla estuviera militarizada, como si las tropas de ocupación por la fuerza de las armas estuvieran en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Como si esto fuera Chile en los tiempos de Pinochet. Se hacen llamar Arruix Mallorca y se definen como una “nueva iniciativa popular”, cuando más parecen una vieja iniciativa particular, anónima, como corresponde a estos tiempos. Vamos, de cobardes que no dan la cara. Dicen expresar el rechazo de la sociedad mallorquina a los miembros de las Fuerzas Armadas, de la Policía y de la Guardia Civil, rechazo que hasta ahora nadie había percibido hasta que alguien abrió esa cuenta de Twitter, pero en fin, que cada cual es libre de perder el tiempo como le plazca.

Estos salvapatrias -aunque hablar en plural es un atrevimiento- afirman que otro modelo de seguridad es posible. Dicen que hay que organizarse de forma autónoma y sin ingerencias. Sin policías que ataquen nuestra lengua, que protagonizan casos de tortura y que participaron en el genocidio de 1936. Un poco más y se van al “genocidio” de 1492. Ignoran que los casos denunciados de ataques lingüísticos son anecdóticos y que suelen acabar con sanción para los funcionarios, si se prueba que no respetaron los derechos de los ciudadanos. La acusación generalizada de tortura es una barbaridad copiada de las organizaciones del entorno de ETA y que tan buenos réditos les dio para atacar la credibilidad de los cuerpos policiales que libraron a este país de los asesinatos indiscriminados y secuestros, que ellos llamaban “movimiento de liberación”. Pero en fin, que les pido perdón por publicitar a semejante tropa y sus delirantes reivindicaciones.

Lo que realmente detestan no son lo que ellos denominan fuerzas militares (cosa que en puridad y legalmente no es la Policía Nacional) sino todo atisbo de autoridad. El imperio de la Ley les resulta aborrecible y de hecho, no tienen más norma que sus instintos más básicos, derivados de un odio visceral hacia todo lo que identifican con el Estado. Cada cual es muy libre de gestionar su odio como más le cunda, pero por favor, no digan hablar en nombre de los mallorquines, ni que son una “iniciativa popular”. Cuatro iluminados que destilan odio y  racismo no representan a los habitantes de esta tierra.

(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)



07 enero 2018

AL PAN, PAN. Y AL VINO, VINO

Decepcionaremos a quienes crean que este periódico perderá un miligramo de fuerza, de pegada, de «punch» que se diría en términos pugilísticos, con el cambio de director. No lo hará en absoluto. Estamos comprometidos con el periodismo. Contamos noticias y lo hacemos con el máximo rigor y honestidad de que somos capaces. Llevamos más de tres años haciéndolo y seguiremos en la misma línea. No vamos a copiar a nadie. Mi antecesor al frente del Periódico de Ibiza y FormenteraJuan Mestre, ha imprimido un carácter y una personalidad propia a esta cabecera, junto con un equipo joven y valiente, profesional y capaz. La senda está trazada y no queda más que seguir el camino.
Sentimos mucho respeto por cualquier otro medio de comunicación, pero queremos seguir siendo distintos y no desandaremos el camino andado. Cuando las cosas funcionan, no hay por qué cambiarlas. De modo que sepan nuestros lectores, nuestros suscriptores y nuestros anunciantes que las cosas van a seguir como hasta ahora. Nadie espere cambios sustanciales ni en nuestra línea editorial ni en nuestro estilo. Hacemos periodismo y contamos cosas. No pretendemos ser más que nadie, pero tampoco menos. En un tiempo donde la prensa en papel no vive sus mejores momentos y donde las dudas sobre el futuro son intensas, nos reivindicaremos cada día con una sola palabra: periodismo. Cuento con que cometeremos errores, aunque procuraremos evitarlos. Estoy seguro que a muchos no les gustarán las informaciones que publicaremos, lo sentiremos mucho por ellos. Nada de eso evitará que contemos las noticias que sucedan en las Pitiusas con el máximo rigor y el mayor nivel de autoexigencia. Como hasta ahora. Llamando a las cosas por su nombre. Al pan, pan. Y al vino, vino. No sabríamos hacer otra cosa y yo les aseguro que no la haremos. La coherencia y la honestidad es, a la postre, lo único que tiene un medio de comunicación. Y no lo tiraremos por la borda.
Lo barato sale caro.
La constructora Vías y Construcciones SA es la responsable de una de las mayores chapuzas perpetradas en una obra pública en Ibiza en los últimos años. Los apenas 800 metros de carretera construidos de forma más que deficiente, ya fuera por mala ejecución o por el uso de materiales de baja calidad (o por la combinación de ambos factores), debieran servir para excluir de plano a esta empresa del concurso de la reforma de la carretera de Santa Eulària. Sería el colmo que el premio a haber hecho pasar un infierno a los vecinos de Jesús, sea ahora otorgarle la obra más importante que ha de acometerse en Ibiza en esta legislatura.
Cabe pensar que su oferta, la más barata de las ocho que se han presentado al concurso, es temerariamente baja para lograr la máxima puntuación en el aspecto económico. Pero el Consell d’Eivissa debe evitar a toda costa que una empresa incapaz de hacer una carretera como la de Jesús, pueda hacerse con el desdoblamiento de Ca na Negreta por la vía de pesentar una oferta que incurre notoriamente en baja temeraria. Pero en materia de contratación pública no cabe descartar nada nunca, porque los caminos de la Administración son inescrutables, como bien saben algunas constructoras.
Feliz domingo a todos.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)

05 enero 2018

67 MILLONES MENOS

Carece de lógica que, por un lado, los dirigentes del PSIB animen al partido a torpedear el proyecto de presupuestos generales del Estado, negándose siquiera a una negociación -ni diálogo siquiera- con el PP, y por el otro lamentarse de las consecuencias de carecer de cuentas públicas aprobadas para 2018. La prórroga de los presupuestos acarrea perjuicios inevitables, aunque hubieran podido eludirse de dar una oportunidad a la política. No deja de resultar hilarante que los adalides del «no es no» y de no querer ni hablar con el partido más votado en España sobre asuntos capitales, sermoneen continuamente con lo de que en Catalunya hay un problema político que debe ser resuelto con la política. Hay socialistas que recetan política a los demás, pero luego la niegan cuando les interesa, perjudicando a todos. Está claro que hace falta un nuevo sistema de financiación autónica que corrija la infrafinanciación de Balears, y que el Gobierno de Mariano Rajoy se comprometió a tenerlo listo en 2017, pero la crisis catalana lo ha impedido -y se echa en falta que se le reproche eso a Carles Puigdemont o a Oriol Junqueras-, como ha impedido también la negociación de los presupuestos, con la excusa de que no se puede tratar con un Ejecutivo que impulsó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, como si hacerlo supusiera un delito de lesa humanidad o algo parecido. Ahora el Govern contará con 67 millones menos para este año y se verá obligado a recortar por algún lado, porque el descuadre de las cuentas puede ser de órdago. Pero les viene bien, porque así seguirán teniendo motivos para despotricar contra Rajoy, alimentando el victimismo del que a veces, como es el caso, ellos también son responsables, al menos en parte. Lo peor es que lo acabaremos pagando todos, como siempre.

(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)