27 diciembre 2016

PRETENSIONES IMPOSIBLES

Resulta gracioso oír las críticas de determinadas formaciones políticas al discurso de Navidad del Rey Felipe VI. Como cabía esperar, el jefe del Estado aboga por el cumplimiento de la Ley está en contra de la división y la ruptura de España. Estaría bueno que don Felipe aplaudiese la convocatoria de referéndums ilegales o la ruptura de la unidad territorial con la creación de la república catalana. El artículo 56 de la Constitución establece que el Rey es el símbolo de la unidad y permanencia del Estado. Pretender que abrace los anhelos independentistas es tener aspiraciones irreales y absurdas. ¡Y luego dicen que es el monarca quien está fuera de la realidad!

Lo más divertido es oír los demagógicos alegatos contra la legitimidad del Rey -heredero de los golpistas, hemos llegado a escuchar- provenientes de los mismos que hace escasos días alababan a Fidel Castro, un tirano de la peor calaña. Pero como era un dictador envuelto en la bandera comunista, todo se perdona. Hará falta que el Rey abrace la ideología marxista para que terminemos de escuchar barbaridades sobre su legitimidad. ¿No recuerdan que tras la abdicaciónd de su padre, las Cortes -a las que no sabemos si también niegan legitimidad- ratificaron que la jefatura del Estado recae ahora en don Felipe? Pueden criticar, cómo no, la monarquía parlamentaria, pero es ridículo negar la legitimidad de Felipe VI como jefe del Estado.

(Publicado en www.mallorcadiario.com)

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