Dice el diputado Aitor Morrás de Podem Eivissa que mientras yo
critique posicionamientos políticos, él no me acusará de tener oscuros
intereses y de ser un estómago agradecido. Pero resulta que sus papelones en el
Parlament no son posicionamientos políticos, a mi juicio, sino puro teatro. Es utilizar
la institución que le paga el sueldo para hacer hooliganismo parlamentario y
así denigrarla al máximo. Lo de ponerse camisetitas de “ANTES”, siendo con
diferencia el que más indecorosamente va vestido de toda la Cámara autonómica, no
es un posicionamiento político. Es sencillamente hacer el esperpento y hay
razones de sobra para criticarlo, por más que a él no le guste ser criticado. Él
alega en Twitter que no es un disfraz, sino un eslogan y grafismo, además del “sentir
de miles de personas de Eivissa resumido en una camiseta mostrada ante el
paradigma del modelo turístico criticado”. Son sus razones, pero a mí no me
parecen aceptables y de ahí que le critique. La prensa está para eso, no para
dorarle la píldora. Él tiene sus argumentos y yo los míos, pero si le critico,
él me acusa de descalificarle y de defender oscuros intereses. Un parlamentario
que no entiende el papel de la prensa y que no acepta la crítica pública,
demuestra bien a las claras su escasa talla política y democrática. Debe ser marca
de la casa de Podem, partido que solo acepta alabanzas, nunca críticas. El
ejemplo más claro es la expulsión de Montse Seijas y Xelo Huertas del partido,
hecho que no tiene precedente en la autonomía balear. Y todo ¿por qué? ¿Qué han
hecho que merecía una medida tan contundente? Criticar abiertamente a Alberto
Jarabo por apoyar los presupuestos del Govern y amenazar con que votarían en
contra, cosa que nunca llegaron a hacer. Pero ya vemos que Podem no acepta la
crítica, ni de la prensa, ni de sus propios militantes. Todo muy venezolano.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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