Lo incomprensible del caso es que una vez presentado ante la
autoridad judicial, el juez de Instrucción nº 1 de Manacor lo dejó en libertad
con cargos. Y también son dignas de destacar las cautelas con que la Guardia Civil
condujo al joven homicida de 31 años hasta los juzgados, de modo que no se
pudieran captar imágenes del sujeto ni haya trascendido el nombre. Ojalá todas
las conducciones de presos y detenidos se hicieran con igual respeto a su
imagen, dignidad y reputación, pero ya se sabe que no es así siempre, y que por
tanto tenemos derecho a criticar que la justicia no sea igual para todos.
Cada vez me extraña menos que los ciudadanos valoren tan
negativamente la Administración de justicia y a los jueces como el peor
colectivo de funcionarios públicos. ¿Les preguntamos a los familiares del
ciclista?
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