Pruebe usted, amigo lector, a dejar su coche mal aparcado en
un vado. Cuando vaya a recogerlo, seguramente no lo encuentre porque la grúa se
lo habrá llevado. Es lo que pasa cuando uno aparca en un lugar prohibido. Algunos
pretenden poder aparcar donde les dé la gana y cuando se les antoje, a pesar de
las señales de prohibido aparcar y las líneas amarillas, pero para ello deben
cambiar las normas antes, porque el dueño del vado también tiene derechos. Él
tiene la Ley de su lado. Ahora resulta que si la grúa retira un coche
deliberadamente mal aparcado y a pesar de que se advirtió en varias ocasiones a
su conductor de que lo retirara, se acaba con la democracia. Es sencillamente
brutal.
En efecto, la aplicación del artículo 155 es dura, como
cabía esperar, porque tiene razón Mariano Rajoy cuando afirma que “he tenido
mucha paciencia”. Mucha. Pero la broma ha llegado muy lejos. La única respuesta
posible ante quien exhibe un supuesto “mandato democrático” fraudulento e
ilegal para situarse por encima de la Ley -y además, incumple las leyes que
aprobó el propio Parlament de Catalunya-, es recobrar la legalidad de la
Constitución y el Estatut d’Autonomia, ilegalmente derogados por los diputados
de Junts pel Sí (PdCAT y ERC) y la CUP. Las medidas son duras, pero proporcionales
a la barbaridad perpetrada por el Parlament y el Govern de la Generalitat de
Catalunya. Joan Coscubiela les advirtió de lo que se les vendría encima y miren
cómo lo pusieron en las redes sociales.
Se dice que estamos ante un golpe de Estado protagonizado
por Mariano Rajoy. Lo dicen quienes aplaudieron el autogolpe al autogobierno de
Catalunya que infligieron Carme Forcadell, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y
el bloque independentista en su conjunto los días 6 y 7 de septiembre, al derogar
el Estatut d’Autonomia, la Constitución, suspender la actividad del Parlament
de forma indefinida y proclamarse al margen de todo control legal superior a
ellos mismos, incluidos jueces y tribunales. ¿Recuerdan que Puigdemont dijo que
a él no lo iba a cesar nadie? Ahora nos vendrán con que es el fin de las
libertades públicas, que hay presos políticos, violencia indiscriminada del
Estado, fuerzas de ocupación y represión sin límites. Se trata de retroalimentar
a su grey. La comunidad internacional les ha dado la espalda porque por más que
quieran dibujar al Estado español como un régimen dictatorial heredero del
franquismo, esa burrada no cuela en Europa. Sólo ellos se la creen.
Consecuencias del 155
Veremos las consecuencias políticas que podrá acarrear la
aplicación del artículo 155 y las severísimas medidas propuestas por el
Gobierno de Rajoy, con el apoyo del PP, PSOE y Ciudadanos. Los reproches que
los partidos de izquierdas están lanzando contra el PSOE, llevan aparejados la
amenaza velada de romper los pactos que ahora mismo mantiene el PSIB en la
mayoría de instituciones de Balears (Govern, Consells Insulars y Ajuntaments).
El teniente de alcalde del Ayuntamiento de Eivissa, Joan
Ribas (Guanyem Eivissa), afirma que “es patético que un partido que se dice de
izquierdas y levanta el puño en los congresos, prefiera la fuerza antes que el
diálogo”. Si en el próximo pleno de Vila, Ribas es capaz de mirar más allá de sus
propias gafas, verá que inmediatamente a su izquierda se sienta el alcalde de
la ciudad y secretario general del PSOE de Ibiza, Rafa Ruiz, que no merece
invectivas como esa. Tampoco su partido. Es posible que Ribas en su infinita
soberbia (es irónico oírle hablar de diálogo cuando a él las reclamaciones de
los vecinos de s’Eixample Nou y Sa Colomina le entran por un oído y por el otro
le salen) se crea que su visión del mundo y de la política es la única posible.
Debe ser que lo han elevado demasiado alto para los votos que obtuvo y el mal
de altura le está afectando. ¿Qué se apuestan a que pese a sus críticas al PSOE y a que son sus socios de gobierno, no dimite?
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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