28 octubre 2017

EL CÍRCULO VIRTUOSO

Necesitábamos una presidenta del Govern al nivel de Platón o Aristóteles. Nunca hubo tanto nivel en el Consolat de Mar. Estamos cansados de líderes que aburren con cifras ocupación hotelera. Ya tenemos a la filósofa que todos esperábamos. En su discurso del martes en el Parlament habló de “sueños” y de “círculo virtuoso”. Decía Aristóteles que “El verdadero político se esfuerza en ocuparse, sobre todo, de la virtud, pues quiere hacer a sus ciudadanos buenos y sumisos a las leyes”. Ella no llegó a tanto pero rápidamente se vio que la palabrería que brotaba de su piquito de oro solo era poesía inofensiva. En política tan malo es quedarse a ras de suelo como elevarse en exceso. Dijo que acudía con disposición de escuchar las propuestas y críticas de los grupos, para ya se vio desde el minuto uno que no era así y que el papel que ella borda es el de jefa de la oposición. Alguno de los hooligans de su bancada debió decirle que la presidenta era ella y no Biel Company, pero ninguno se atrevió. Normal.

Su gobierno no es más honesto que el de su predecesor, pues si bien aquel les brindó el caso de su farmacia, ellos han correspondido con los contratos a Jaume Garau. A pesar de ello habla de “círculo virtuoso”, mágica expresión que ya utilizó cuando a finales de marzo de 2015 visitó Can Pastilla y Playa de Palma. Estaban en precampaña electoral y ya sabemos cómo está esa zona, igual de mal que entonces. Debió decir “círculo vicioso”. Han tenido la habilidad de que solo hablemos de las inversiones que se ejecutarán con los 44 millones del impuesto por dormir fuera de casa -más conocido como impuesto de turismo sostenible-, lo cual en un territorio insular es casi obligado incluso para los residentes; y que olvidemos que hay otros muchos millones -bastantes más- de los presupuestos de la Comunidad. Ahora el Govern trabaja para que el esfuerzo de los ciudadanos retorne a ellos, dice. El Govern anterior trabajó para evitar la quiebra técnica en que Antich y Manera dejaron las cuentas del Ejecutivo.


Armengol parte de una entelequia: la sociedad escogió un Govern progresista para cambiar las cosas. Falso. No la escogieron a ella, ni a Biel Barceló. No ganaron las elecciones por separado, ni se presentaban juntos con un mismo programa electoral. Pactaron para que el PP no lograra el poder. Es muy legítimo, pero no significa que la sociedad les escogiera. Y menos para filosofar.

(Publicado en Última Hora)

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