El pasado martes 17 de octubre tuve el honor de participar en una mesa redonda en el salón de actos de la Dirección General de la Guardia Civil. Fui invitado por los organizadores del evento, la progresista Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la asociación profesional mayoritaria, la cual me honro en haber dirigido desde octubre de 2006 hasta abril de 2008. Se trataba de analizar la concentración de guardias civiles de uniforme que se celebró en la Plaza Mayor Madrid el 20 de enero de 2007, de los logros que supuso para los miembros de la Guardia Civil y cómo se llegó hasta allí. Y de paso, homenajear a los participantes y a los dirigentes nacionales y regionales de la organización que fueron expedientados, entre los que yo me cuento en tal que secretario general de AUGC en aquel momento.
Ha pasado muchos años y las circunstancias internas en la Guardia Civil han cambiado mucho. Ahora la actividad de las asociaciones profesionales está normalizada -aunque aún hay pequeños problemas de mandos que no acaban de aceptar la situación, pero no son lo común- y los cauces para negociar son habituales y se focalizan en el Consejo de la Guardia Civil, órgano de representación del personal que pronto habrá de ser renovado y en el que espero que AUGC vuelva a ser la organización más votada y con mayor número de vocales.
Pero lo que me interesa destacar hoy aquí es que durante mi intervención en la mesa redonda, insistí en trasladar a los dirigentes del sindicato que ahora es el momento de luchar por conseguir la equiparación salarial de policías y guardias civiles con policías autonómicos y locales. No es admisible de ningún modo que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que dependen del Gobierno central cobren entre 500 y 600 euros menos que los agentes de los Mossos d’Esquadra, cuando todo el país ha visto que han tenido que ser los primeros los que han tenido que ir a hacer el trabajo sucio que los mejor pagados no han querido hacer.
Según publica la agencia EuropaPress, el jefe de los Mossos d’Esquadra, el mayor Josep Lluís Trapero, gana 84.650 euros al año, 21.500 euros más que un general de la Guardia Civil. ¿Es esto normal? A mí no me lo parece. Y aún menos si se tiene en cuenta que al pertenecer a un cuerpo armado de naturaleza militar, los guardias civiles se ven sometidos a restricciones o limitaciones en sus derechos fundamentales mucho mayores.
Animé a los guardias civiles de AUGC a poner toda la carne en el asador en este asunto justo ahora, porque a mi juicio ha llegado el momento y no creo que nunca jamás se vuelva a tener una oportunidad tan clara para conseguir el objetivo de la equiparación salarial. La sociedad española está concienciada y a favor de corregir esta flagrante e histórica injusticia y los argumentos en contra caen por su propio peso, pues quienes los esgriman no podrán pedir a los guardias civiles que hagan lo que los Mossos no quieren hacer. Pero los guardias civiles y los policías deben saber que depende de ellos, porque no va a venir el ministro Juan Ignacio Zoido (ni ningún otro) a subirles el sueldo en agradecimiento a los servicios prestados. Solo harán lo que se les obligue a hacer y ahora es el momento.
Que la crisis en Catalunya, una auténtica locura de impredecibles consecuencias, al menos sirva para pagar a los policías y a los guardias civiles igual que los Mossos d’Esquadra. Terminen con esta humillación de una vez. ¡Equiparación salarial ya!
(Publicado en mallorcadiario.com)
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