El Consell d’Eivissa está parcialmente sumergido en un
enorme lodazal y no será fácil que salga de él indemne. Mucho menos a golpe de
tuit de su presidente, Vicent Torres. Hace dos años que el Ayuntamiento de Santa
Eulària asume unos trabajos y su correspondiente coste, pese a que no le
corresponde hacerlo. Lo asume para evitar que se repita la hedionda situación
de malos olores provenientes de la estación depuradora de aguas residuales de
Santa Eulària apestando a los vecinos. El consistorio recoge los lodos de la
depuradora, los mezcla con restos de poda y así se les puede dar un uso
agrícola, lo que además de ser beneficioso para el campo y los agricultores,
supone reducir los costes de transportar los lodos a la península para su
adecuado tratamiento, porque además y como agravante, en Eivissa no hay planta
de tratamiento de residuos. Pero obviamente, el Ayuntamiento de Santa Eulària
asumió la gestión de los lodos con el compromiso del Consell y del Govern de
correr con los gastos, el primero como institución competente de la gestión de
los residuos y el segundo como generador de dichos residuos. Pero ahora resulta
que ni el Consell d’Eivissa ni el Govern balear quieren pagar y se tiran los
trastos a la cabeza con excusas de mal pagador.
Todos hemos podido ver al presidente Vicent Torres durante
un pleno del Consell d’Eivissa, comprometiéndose a pagar. Lo lógico, pues la
competencia sobre residuos es del Consell, aunque no se conozca ni una sola
actuación durante esta legislatura para mejorar la gestión de los residuos de
la isla, sino más bien al contrario. Pues bien, ahora la institución insular no
solo no paga, sino que ha llevado a los tribunales al Ayuntamiento de Santa
Eulària para no hacerlo.
Nos encontramos ante un caso más, el enésimo en lo que va de
gobierno PSOE-Podem/Guanyem, que se pudre en los despachos por pura
incompetencia del conseller insular de Medio Ambiente, Miquel Vericad, de quien
no se conoce -ni vaticino que se conocerá- que haya solucionado o encarrilado
siquiera, alguno de los muchos e importantes problemas que en materia
medioambiental y de residuos padece Eivissa. Asunto que pasa por sus manos,
asunto que saca moho y que se enquista sin que se avizore ni remotamente una
posible solución. Vericad es por sí mismo casi peor que la Xylella.
Infinitamente peor que un helminto. Una absoluta nulidad. Aunque para ser
justos hay que reconocer que la ineptitud es un rasgo fundamental de la inmensa
mayoría de políticos de Podem/Guanyem. Ahora también se suma la prepotencia y
su desprecio hacia los medios de comunicación que les interpelan sobre sus
obligaciones. Ya ven, los adalides de la transparencia no se ponen al teléfono
ni rinden cuentas, salvando contadas excepciones.
El extraño caso de
las multas que desaparecen
Mucho nos lo temíamos, pero ahora ya se trata de algo más
que una mera sospecha, porque el Ayuntamiento de Sant Antoni cree poder tratar
el misterioso asunto de la desaparición de dos multas de tráfico que la Policía
Local puso al teniente de alcalde, Pablo Valdés, con el mismo desdén y opacidad
con que han ofrecido públicas explicaciones: de ningún modo. Negándose a hablar
con la prensa, ocultándose -como si se tratara de delincuentes que temen ser
descubiertos- y negando cualquier irregularidad. Pero ahí está la irregularidad
ante nuestros ojos, que constituye un clamoroso y repugnante caso de corrupción,
por cuanto alguien en el consistorio portmanyí
escondió las multas impuestas a Valdés y no las grabó en el sistema informático
existente al efecto. Solo cuando este periódico denunció el asunto, el joven
político pagó las multas -400 euros-, pero sigue sin dar la cara y el equipo de
gobierno municipal sigue sin ofrecer explicaciones convincentes ni tampoco
facilita el expediente a la oposición. Podemos, por tanto, afirmar que de no
haberlo publicado Periódico de Ibiza, las multas aún estarían sin pagar.
Repugnante.
Un auténtico
desgobierno
El gobierno municipal de Sant Antoni es un auténtico
desgobierno. Pero no de ahora, sino desde que llegaron al Ayuntamiento. Lo
demuestra la catarata de escándalos y despropósitos que ha protagonizado el
equipo de Josep Tur ‘Cires’, compuesto por PSOE, Reinicia y El Pi. Esta última
formación política ahora no sabe si seguir dando apoyo a aquel desgobierno y
continuar erosionándose con sus socios, o abandonar el barco, dejar que
gobiernen en minoría y desvincularse del desgobierno y de los escándalos. Pero
quizás ya sea tarde porque durante más de dos años han sido cooperadores
necesarios de las gamberradas de Pablo Valdés y Aída Alcaraz, con la apatía del
alcalde y presidente del Club Náutico. Todo les parecía no tener importancia,
pero la tenía y ellos consentían en todo. Y es que a veces es mejor trabajar
desde la oposición y no ponerse de lodo hasta las orejas.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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