El Pi de Sant Antoni de Portmany ha decidido alargar su
agonía y continuar en el equipo de gobierno municipal que lidera el presidente
del Club Náutico de Sant Antoni, Pep Tur Cires.
Joan Torres sustituirá a Juanjo Ferrer y aquí paz y después gloria. Lo pagarán
caro en las urnas porque sus votantes no pueden entender qué demonios hacen
ellos ahí, sosteniendo un gobierno que no se sostiene. Ni a cambio de la
concejalía de Urbanismo -cómo no-, merece la pena renovar el fallido pacto con
PSOE y Reinicia. Dice Torres que ahora no pueden abandonar la nave porque
significaría pasar a la oposición. Obvio. Pues que se hundan con ella porque ¿quién
soporta infinitamente los escándalos y las salidas de tono de quien demuestra a
diario que no están a la altura del cargo para gobernar el municipio? El Pi,
por supuesto. Y sus concejales Cristina Ribas y Joan Costa. Ahora se unirá al
grupo Joan Torres, alguien que deberá tener superpoderes para solucionar algo.
Estaría bien que, al menos, intentasen aclarar por qué
misteriosa razón dos multas impuestas por la Policía Local al primer teniente
de alcalde, Pablo Valdés, no fueron introducidas en la base de datos para ser
cobradas. Nada se hizo hasta que este periódico lo denunció y solo entonces
Valdés pagó los 400 euros. Si este asunto también a los del Pi les parece un
tema menor, es que han alcanzado el mismo nivel de degeneración política que el
alcalde negacionista que preside el consistorio y su teniente de alcalde. Y
todo ha sucedido la misma semana que prosigue en los juzgados la causa del jefe
de la Policía Local de Sant Antoni, víctima de acoso laboral. ¡Espectacular!
Por tanto, la renovación del pacto tripartito permite
augurar que todo seguirá como hasta ahora, que viene a ser un poco peor a cada
día. Ahora al menos ya queda claro que los tres concejales del partido de Jaume
Font se han apretado las orejeras que habían comenzado a caérseles, lo que motivó
la dimisión de Juanjo Ferrer. Bien sujetas nuevamente, arreando que así
llegaremos en un suspiro a las elecciones de 2019, aunque sea con una pinza en
la nariz.
Kühn, alcalde de
Tagomago
El exfiscal Pedro Horrach reapareció en una sala de vistas
como abogado defensor en los juzgados de Ibiza. Sabia elección. Como experimentado
pescador que es, debemos prestar oídos a su advertencia de que el proceso
contra su defendido, el empresario alemán afincado en Mallorca y alcalde
pedáneo del islote de Tagomago, Matthias Kühn, había sido una “expedición de
pesca: a ver si encontramos algo al señor Kühn”. Si lo dice Horrach, debe ser
así porque él acredita gran experiencia en expediciones pesqueras, como todo el
mundo sabe. Luego sucede que al recoger las redes uno se encuentra con una infanta
de España y de pescador trasmuta en ecologista protector de especies tan
únicas. Y ahí que se le va la credibilidad como el agua entre los dedos y no le
queda más remedio que abandonar la cofradía de pescadores.
En todo caso, como estrategia de defensa, aconsejar a su
representado acogerse a su derecho a guardar silencio y no declarar, pues no es
nada brillante ni original, la verdad sea dicha. Y buscar la nulidad de las
actuaciones, pues eso lo haría cualquier abogado recién colegiado. De momento
se puede afirmar que la pesca de bajura se le daba mejor. La de altura nunca la
quiso practicar.
Unos que van y otros
que vienen
Debemos felicitar al president del Consell d’Eivissa, Vicent
Torres, por su total restablecimiento y por su reincorporación al trabajo tras
su baja por enfermedad. También procede lamentar la dimisión del doctor Pep
Balanzat del cargo de gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera y desear
a quien le sucede en el cargo, la doctora Carmen Santos, muchos aciertos. Y ya
que estamos, lamentar que llevemos
tantos meses sin director insular de la Administración General del Estado.
Cuando se cumple un año desde la jubilación de Roger Sales, todo parece
funcionar igual -de bien y de mal- con el despacho del director insular vacío,
así que conviene pensarse la conveniencia de dejar el cargo vacante y todo eso
que nos ahorramos.
El GEN-GOB y Prou!,
contra el Govern
Este sábado el GEN-GOB y Prou! se han manifestado contra la
saturación turística. En parte es un tirón de orejas al Govern y más concretamente
al vicepresidente y conseller de Turismo, Biel Barceló. Pero lo que resulta
hilarante es que Prou! justifique su participación culpando a la industria
turística y calificándola de una imposición franquista. Delirante. Y es que los
aires que vienen de Catalunya parecen haber afectado el sentido común a mucha
gente. O será que tanto comer tortillas les ha dejado hechos polvo.
Que pasen un feliz domingo.
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