09 septiembre 2017

LA FUERZA DEL ESTADO

Tas la aprobación en el Parlament de Catalunya de la ley del referéndum y de la ley de transitoriedad jurídica, y entre medias la firma del decreto de convocatoria del referéndum del 1º de octubre por parte del Govern de la Generalitat en pleno, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció en rueda de prensa el jueves y lanzó un mensaje a los secesionistas: “no subestimen la fuerza del Estado español”. Cruzado el Rubicón de la desobediencia clara, manifiesta y persistente a las sentencias del Tribunal Constitucional, el Estado y los partidos constitucionalistas que en este asunto muestran total apoyo al Gobierno (PP, PSOE y C’s), plantean la necesidad de recurrir a la fuerza del Estado español, no tanto para solucionar el conflicto (que solo podrá hacerse por la vía de la política y el diálogo, suponiendo que haya alguna voluntad de hacerlo), sino para impedir el referéndum.

Los independentistas han subestimado la fuerza del Estado, que es infinitamente superior a la suya, por más que no así la capacidad de movilizar a la ciudadanía en Catalunya. Pero cuando de fuerza se habla, la del Estado es apabullante. Sé de lo que hablo. Por las bravas no doblegarán a España, que tiene muchos mayores recursos y experiencia en embravecerse. La opinión pública española ahora mismo aceptará de buen grado cuantas actuaciones de fuerza se hagan para impedir el referéndum y solo rechistarán los independentistas y Podemos. El Estado ha movilizado ya todos sus recursos de fuerza porque la amenaza a su integridad territorial es incluso de mayor magnitud que la perpetrada durante décadas por ETA, aunque  ahora no haya ni bombas ni muertos. Pero la amenaza que España percibe es muchísimo mayor.


Jueces, Fiscalía, CNI, Policía, Guardia Civil y Mossos d’Esquadra (alguno se va a quedar hecho polvo cuando vea a la policía autonómica interviniendo urnas), con sus respectivos servicios de información, sus ingentes recursos públicos sin límite presupuestario, su capacidad infinita de intervenir las comunicaciones, etc. El Gobierno ya sabe hasta dónde están las urnas y las papeletas. Unos días antes de terminar este mes, la Policía Judicial se presentará allí y las intervendrá. Tendrán que hacer el referéndum con cajas de cartón. Luego vendrá la catarata de juicios e inhabilitaciones por desobediencia al TC, Carme Forcadell la primera. Y España entera se fumará un puro.

(Publicado en Última Hora)

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