16 septiembre 2017

COSAS QUE NO CAMBIAN

Esta semana ha empezado el curso escolar. Este año el Govern saca pecho por el dinero que se ha invertido en obras en los centros educativos y por los docentes que han sido contratados desde que se inició la legislatura. Pese a ello, hay 122 barracones, 16 más que el año pasado y 29 más que en 2015, cuando gobernaba el PP. Los diputados de Podem , Salvador Aguilera y Balti Picornell -actualmente presidente del Parlament- afirmaron en octubre del año pasado que la propuesta de su partido era que hubiera “cero barracones al final de la legislatura”. Pasado el ecuador, se intuye que tan ambicioso objetivo será imposible. Más modesto era el objetivo que afirmó tener el conseller de Educación, Martí March. Decía conformarse con reducir a la mitad los barracones existentes en toda la comunidad autónoma, hasta una cincuentena. La solución no es fácil ni inmediata, como se duele desprender del discurso de Podem. Pero es digno de resaltar que lo que en la legislatura de José Ramón Bauzá eran barracones indignos, ahora sean aulas modulares perfectamente equipadas. Este es un ejemplo flagrante del doble discurso imperante.

Lo mismo sucede con el espinoso asunto del requisito del catalán para el personal médico de la sanidad pública balear. Los partidos que ahora gobiernan parecían tenerlo muy claro cuando gobernaba Bauzá, pero ahora andan a la gresca entre ellos y sin poder hacer lo que dijeron que harían cuando llegaran al poder. Aseguraron que la lengua propia de Balears volvería a ser un requisito para optar a un trabajo en el sector público autonómico y no un simple mérito como estableció el PP. Pero el “Govern del canvi” -como se autodenominan-, resulta que no cambia nada y que ahora han caído en la cuenta de que si hacen lo prometieron, no habrá personal suficiente para cubrir las necesidades en determinadas categorías. Incluso las clases en la flamante nueva facultad de medicina de la UIB se dan en lengua castellana porque alumnos de Balears hay realmente pocos y no se hubiesen enterado de nada en su primer año de carrera.

Es descorazonador que los firmantes de los “Acords pel canvi” no cambien cosas que aseguraron que modificarían tan pronto como llegaran al Govern. Se comprueba una vez más  que una cosa es predicar y otra, dar trigo. Y también que hay quien maneja con mucha soltura un doble discurso, uno para cuando gobiernan y otro cuando están en la oposición.

(Publicado en Última Hora)

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