No crean que habrá muchos alcaldes en España -y hablamos de
8.124 repartidos en 50 provincias- que sean tan honestos y decentes como para
ordenar la paralización de la actividad del negocio de un tío suyo, el lavadero
Paco e incluso de su propio padre, un aparcamiento de coches de alquiler. En
Ibiza, Rafa Ruiz lo ha hecho, y es para estar orgullosos porque
establecimientos que no ha obtenido jamás la licencia pertinente, como son los
cinco a los que se les ha obligado a cerrar de forma inmediata en Ses Feixes des
Prat de Vila, no pueden estar abiertos tan alegremente. Ruiz saca pecho y
presume de que el consistorio vilero “no tiene miramientos” y que actúa
conforme a la legislación, ya se trata de familiares del alcalde o señores que
se creen los amos del mundo, en alusión a aquellos propietarios que pretendieron
impedir la desclasificación de Ses Feixes, condicionando el planeamiento
urbanístico de la ciudad a sus propios intereses. Sin embargo, un mínimo de
prudencia le aconsejaría alardear menos, porque como bien apunta EPIC, la
actuación nunca se hizo de oficio, sino a raíz de las reiteradas denuncias de esta
formación política y se ha tardado más de un año y medio en adoptar alguna medida,
lo cual es tomarse las cosas con bastante calma, diga lo que diga el señor
alcalde.
Venganza
Al parecer, la orden de paralización inmediata de la actividad
en aquellos negocios se firmó antes de que declarara el incendio y no se pudo
notificar oficialmente a los interesados hasta días después de su extinción,
pero seguramente a los investigadores no se les habrá pasado por alto que quizás
alguna noticia pudo haberles llegado a los empresarios afectados (de forma
extraoficial, claro) de los planes del Ayuntamiento y alguno, o alguno de los
empleados que se han quedado en el paro, pudo sucumbir a la tentación de
provocar el incendio como venganza por verse desprovisto del que hasta ahora ha
sido su modo de vida. Cuesta pensar que alguien pueda creer que provocando un
incendio en un terreno como este, se vaya a cambiar la planificación
urbanística de ese suelo, con lo que apuntar a los propietarios de los terrenos
como los culpables del fuego es poco realista. Otra cosa es que se considere,
como ha hecho el alcalde Ruiz, que los responsables de mantener la limpieza y
buena conservación de los terrenos es de cada propietario. No le falta razón,
pero haría bien entonces en reconocer que en esta materia el Ayuntamiento no
predica con el ejemplo, pues también él es propietario de Ses Feixes y no
consta que sus solares presenten mejor estado de limpieza que el resto.
Sin helicóptero del
Ibanat
No cabe ninguna duda de que, si la isla hubiera contado con
un helicóptero con el que combatir el fuego por vía aérea, el incendio no
hubiera alcanzado las proporciones que llegó a tener debido al fuerte viento y
al gran poder combustible del cañizo que domina Ses Feixes. Lamentablemente, el
aparato que en verano está en Sa Coma estaba en Mallorca, por lo que hubo de
trasladarse hasta Ibiza, con la demora correspondiente. Lo peor de todo es oír
al presidente del Consell, Vicent Torres, y al alcalde Rafa Ruiz, pasar sobre
este asunto de puntillas y casi sin darle importancia, en lugar de reclamar al
Govern que haya aquí un helicóptero todo el año que atienda las emergencias en
las Pitiusas. Ya se comprende que no quieran incomodar a sus jefes mallorquines
del Govern, pero creíamos que lo primero era defender los intereses de los
habitantes de aquí y no preocuparse tanto por no molestar al conseller de Medio
Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, quien por cierto, es de Més per
Mallorca, no del PSIB. Si el conseller fuera del PP seguro que no serían tan
dóciles.
Emergencia
En breve comenzarán las obras de consolidación del
acantilado de Sa Penya, que amenaza las murallas de Dalt Vila y algunas de las
edificaciones del centro histórico de la ciudad por su progresiva pérdida de
consistencia cada vez que hay un fuerte temporal. El Ministerio de Medio
Ambiente ha autorizado el procedimiento de emergencia para llevar a cabo las
obras. Con esta serán dos las obras que se estén ejecutando en la isla de Ibiza
por emergencia. ¿Acaso ha ocurrido un terremoto como el de Lorca y no nos hemos
enterado? Esta circunstancia es muy sintomática de cómo se trabaja aquí y la
falta de previsión pavorosa por parte de las administraciones que por no actuar
con tiempo y adelantándose a los acontecimientos, deben abusar de las
declaraciones de emergencia para llevar a cabo obras sin necesidad de contrato
público y concurrencia de ofertas y con el consiguiente incremento del coste de
ejecución.
Ibiza tiene sus propios tempos y lo que en cualquier sitio
es una obra normal y corriente, aquí se convierte en las obras de El Escorial y
se eternizan. Miren si no el CETIS, o la carretera de Jesús, o el
desdoblamiento de Ca Na Negreta… son tantos los ejemplos que mejor paro aquí. Feliz
domingo.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
No hay comentarios:
Publicar un comentario