04 marzo 2017

LA SOLEDAD DE BAUZÁ

Los militantes del PP de Balears tendrán que optar por uno de los dos candidatos que ayer oficializaron su participación en el congreso regional que elegirá al presidente de la formación. Uno de ellos ya fue presidente del partido entre 2009 y 2015. Llegó a la presidencia gracias a la generosidad de Pere Rotger, que rehusó serlo él. Ahora Rotger apoya al otro candidato, Biel Company, que fue conseller de Bauzá, a quién éste introdujo en la política y gracias a quien se afilió al partido que ahora aspira a dirigir. Pero es muy llamativo que ni un solo miembro de su Ejecutivo, excepto Carlos Delgado, se posicione a su favor. Si esto no es un síntoma preclaro de que le detestan porque le conocen, ya me dirán ustedes. Las caras más conocidas del PP apoyan a Company, quien ha logrado 1.849 avales para ser candidato, 804 más que Bauzá, a quien no apoya nadie con cierta autoridad o predicamento dentro de la formación ni nadie mínimamente conocido, excepto Ana María Aguiló, casi tan detestada como Bauzá por sus fechorías como ‘Pepito Grillo’ en Twitter, su alter ego utilizado para criticar desde su escaño del Parlament a sus compañeros de partido con total impunidad, hasta que fue descubierta por su torpeza.
Bauzá se rodea de desconocidos y recién llegados a quienes intentar embaucar, porque ninguno de los que le conocen bien se juntaría con él ni para comer arroz brut. Tots li han vist es llautó. No es fácil convivir con un mentiroso compulsivo con rasgos mesiánicos y un tanto autoritarios. Ni siquiera quien fuera su fiel mano derecha, el exvicepresident Antonio Gómez, está a su lado en esta ocasión. Gómez, a quien Bauzá alabó por su “lealtad y fidelidad” cuando lo nombró vicepresident en mayo de 2013, apoya ahora a Company. Imagínense cómo estará el asunto.

Los populares son muy libres de decidir cómo suicidarse y de a quién poner al frente de su proyecto, pero no debieran perder de vista que ya colocaron antes a Bauzá con los resultados de todos conocidos. Además, un tipo que va proponiéndose a sí mismo para ser ministro, perdonando a sus propios compañeros de partido anunciando que integrará a los que pierdan (con quienes está incluso dispuesto a debatir en la TV), como ya hizo con Delgado, es alguien por quien hay que comenzar a preguntarse si está bien de la cabeza. Aunque es posible que sean su soberbia y arrogancia, ya míticas e intactas como el primer día.

(Publicado en Última Hora) 

No hay comentarios: