Dice José Ramón Bauzá que si gana el congreso regional de este fin de semana, Dios no lo permita, integrará a la candidatura perdedora como ya hizo con Carlos Delgado. Sin embargo, y a tenor de sus propuestas y de quienes le apoyan en este nuevo intento por volver a presidir el partido que con tanta eficacia dividió y al que hundió en las elecciones de 2015 por méritos propios, se comprueba que la integración fue tanta que se produjo el mimetismo con los postulados españolistas de Carlos Delgado, el Círculo Balear, la Fundació Jaume III, ‘PLIS. Educación, por favor’ y no sé si me dejo a alguien más. En el PP balear siempre han convivido dos sensibilidades: los regionalistas y los españolistas, por llamarlos así. Los primeros siempre fueron mayoría y mantuvieron a raya a los españolistas, conscientes de que un discurso extremadamente escorado hacia la derecha, aleja al electorado de centro moderado, que es mayoritario en Balears. El discurso anticatalanista no puede convertirse en el centro del debate político y de la acción de gobierno, porque de lo contrario sucede lo que sucedió: el descalabro del PP. Pero en el Congreso de 2010, Bauzá llevó a cabo un engaño magistral: se hizo pasar por miembro del ala regionalista y obtuvo así el 70% de los votos. Ahora dice que integró a Delgado, que como ahora vemos no era de la candidatura contraria, sino de los suyos directamente. No dice que laminó brutalmente a los que le habían apoyado para ser el líder del partido: Jaume Font, Toni Pastor, Joan Huguet, Pere Rotger, etc. De haberse sabido eso antes, Bauzá jamás hubiese llegado a ser presidente del PP. Ahora ya solo aspira a embaucar a los afiliados de base, porque los demás le han calado. Y para llevar a cabo las mismas políticas que le llevaron a cosechar el peor resultado electoral de la historia del PP.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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