05 marzo 2017

CON RODILLERAS POR LA CALLE

Ahora que al fin hemos recuperado para el disfrute vecinal la Plaza del Parque de Vila, a la que básicamente se ha cambiado el pavimento (y se ha dejado, por diversas circunstancias, con menos de la mitad del arbolado que tenía en noviembre, cuando comenzaron las obras de reforma), comienzan a surgir las primeras críticas por la nueva pavimentación, una obra maestra de la ingeniería en la que se ha utilizado hormigón tintado que deja a la vista los áridos que la componen, con sus diferentes colores, intensidades y texturas pétreas. Ya nos avisaron los arquitectos y los responsables municipales que los áridos quedarían a la vista, luego a la vista está que cuando alguien sufra una caída se dejará las rodillas desolladas. Pero para quienes tengan esa propensión, podemos replicarles que gracias a la propia naturaleza del pavimento y a su rugosidad, será más difícil resbalarse. Por los niños no hay que preocuparse demasiado, porque todo el mundo sabe que son de goma y que, además, la Plaza del Parque parece una zona ‘only adults’, en la que no hay juegos infantiles ni nada de eso, gracias a Dios. Y en último extremo, siempre se puede colocar a la chiquillería unas rodilleras de esas que suelen usar cuando van en patines, con lo que el riesgo de lesión quedará convenientemente disminuido.
Al final uno se pregunta si alguna vez nos contentaremos con algo. Si el pavimento fuera demasiado liso nos quejaríamos del riesgo de patinar y caernos; si es rugoso, lo hacemos porque en el caso de caída te dejas la piel allí mismo. Miren si no al concejal de EPIC Antonio Villalonga, que se quejaba cuando los contenedores de basuras tenían pedal y ahora que no llevan, también se queja. Es normal, porque cuando uno es concejal de la oposición y además el único de su partido, solo le queda quejarse y poco más. Pero tampoco es correcto que para contrarrestar sus frecuentes salidas de tono y sus malévolas insinuaciones de connivencia o proximidad con tal o cual empresa contratista, se le califique de ‘rey de los payasos’ como hizo el primer teniente de alcalde, Alfonso Molina, al perder los nervios en un breve instante en que el alcalde se había ausentado del pleno. Villalonga exaspera al equipo de gobierno de Eivissa y a menudo se comprende, pero eso no justifica utilizar exabruptos en el pleno.

Agotar la paciencia
También el alcalde Rafa Ruiz advierte de estar agotando su paciencia con la eterna apertura de la estación de autobuses CETIS. Lo hizo durante la rueda de prensa donde anunció un concurso de ideas para construir la Casa de la Música de Vila. Por sus palabras de amargura y desesperación cabe interpretar que responsabiliza al Consell y a la empresa concesionaria del CETIS, Sagalés, del retraso en el inicio de las obras, aunque luego quiso rebajar el tono. Y es que este asunto ya supone un desgaste excesivo para cualquier responsable político. Aunque el president Vicent Torres al ser preguntado por ello en el programa ‘Bona Nit Pitiüses’ de la TEF, se mostró confiado en que la estación podrá abrir esta temporada estival, pareció más un deseo que una realidad, incurriendo en una más que posible nueva causa de desilusión. No parece realista que a estas alturas se quiera hacer creer a los usuarios del transporte público que este verano la estación del CETIS estará operativa.

Protestas
Ya comienzan a abundar las sábanas colgadas en los balcones, en las inmediaciones del antiguo retén de la Policía Local de Vila, donde el Ayuntamiento quiere ubicar el nuevo albergue o centro de alta exigencia, con el lema: “Albergue sí, pero en Es Gorg”. No parece que las protestas vayan a parar, básicamente porque los vecinos no creen que el perfil de usuarios del centro sea el que el concejal Joan Ribas y los servicios sociales municipales dicen que será. Los vecinos quieren garantías de que no habrá en el albergue personas con adiciones a alcohol o drogas, ni enfermos psiquiátricos sin tratamiento, pero mucho me temo que aunque se lo garanticen ante notario, los vecinos que están en contra del albergue no modificarían su posición. Temen lo que desconocen y será difícil disipar su temor, convertido ya en protesta textil indefinida.

La otra protesta que se avecina es la del colectivo de Afectados por los alquileres, que van de la mano de la PAH Afectados por las hipotecas. Surgen de la indignación, forman -o formaban, quién sabe- la savia de Podemos, pero han sido abandonados a su suerte y denuncian la inacción de la administración ante los alquileres abusivos y aquellos que realquilan viviendas con fines especulativos. Pasan los meses, la situación se agrava y nadie hace nada. Viviana de Sans, vicepresidenta del Consell y consellera responsable de Vivienda, se excusa en la falta de competencias y en que el problema ya es demasiado grande y se escapa de sus posibilidades, pero cabe preguntarse qué han hecho los diputados de Podem en el Parlament o en el Congreso de los Diputados. Y además, en este contexto de emergencia social y habitacional al que siempre aluden los podemitas, aunque siempre para sacudirse su responsabilidad y apuntar a otros como los culpables, es razonable preguntarse si es razonable dedicar más de 14,5 millones de euros al Plan de subvenciones del Consell d’Eivissa, con incrementos de hasta el 121% para determinadas áreas. Este brutal incremento tiene un tufo electoralista que tira para atrás. Que pasen un feliz domingo.

(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)

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