Por lo visto, en Balears lo más peligroso para la vida humana es ser un turista y que te caiga algo encima. Pasó hace unas semanas con un chaval alemán que paseaba con sus padres por la calle Sant Miquel y una farola se desprendió misteriosamente y le pegó en la cabeza. Casi lo mata. Este lunes a una chica catalana de 16 años le cayó una columna de marés encima en un hostal de Esporles. La mató sin que nada pudiera hacerse por ella.
Cuesta imaginar el dolor que deben sentir los padres de ambos menores cuando la desgracia se ceba con unas familias de vacaciones, cuando se supone que van a disfrutar juntos de unos días felices en una tierra, Mallorca, donde nunca sucede nada. Pero vemos que cada vez suceden más cosas. Hay quien dice que nunca se había hablado tanto de Balears en los telediarios nacionales. Para cosas tan negativas, hay que precisar.
Este tipo de sucesos hace que uno caiga en la cuenta de lo que es realmente importante y de las estupideces en las que a menudo caemos, nos enredamos y damos muchísima más relevancia de la que debieran tener. Y es que en efecto, la salud y la seguridad lo son todo. Para nosotros y para nuestros visitantes. Como nos descuidemos no hará falta tomar medidas contra la saturación turística. Los tabloides sensacionalistas alemanes y británicos harán su trabajo y como cunda mínimamente la sensación de que en Balears las cosas caen del cielo y te descalabran, vas a ver qué pronto se van con la música a otra parte.
(Publicado en mallorcadiario.com)
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