29 abril 2017

PALOS DE CIEGO

Los magistrados de la Audiencia Provincial parecen determinados a poner freno a algunos excesos en la instrucción de la causa de presunta corrupción en el seno de la Policía Local de Palma. La orden de alejamiento que el juez Manuel Penalva impuso a José María Rodríguez tras su declaración judicial en calidad de investigado, fue revocada tras el oportuno recurso al considerar que la medida no fue justificada. Además y aquí viene lo más grave, los magistrados de la sección primera consideran que Penalva no ha puesto a su disposición ningún indicio de la presunta comisión delictiva de Rodríguez. Seguramente porque no los tiene. Y es que en este caso hay mucha literatura periodística y pocos hechos probados. Es por esto que la Audiencia de Palma está examinando con lupa todos los recursos que le llegan y tirando para atrás algunas de las medidas adoptadas por el juez. La de Rodríguez es la más reciente, pero hace muy poco, a finales de marzo, ya ordenaron la puesta en libertad de dos agentes de la Policía Local encarcelados preventivamente desde octubre, acusados de episodios de homofobia contra una compañera lesbiana. Los jueces estimaron el recurso de los agentes y les dejó en libertad al entender que había otras formas de proteger a la denunciante menos gravosas que la prisión preventiva.

En este caso la Audiencia está cribando buena parte de las decisiones que adopta el juez instructor y se diría que están atando en corto tanto a Penalva como al fiscal Subirán, hartos de que se dispersen de lo fundamental de la causa. La Policía Judicial está desbordada ante las continuas peticiones y requerimientos que reciben, que tienen todas las características de ser palos de ciego en una investigación que no avanza y que se eterniza. Pronto llegará el día en que desde el Palau de Can Berga haya de revisarse la prisión preventiva de Tolo Cursach y Tolo Sbert y puede haber sorpresas.


Tampoco cabe descartar sorpresas durante los próximos días en el caso de los contratos otorgados por Més a su jefe de campaña electoral Jaume Garau. La Policía cree que se han cometido delitos, ya que al fraccionamiento de algún contrato hay que sumar que se vestían los expedientes con ofertas presentadas por diferentes empresas que estaban bajo el control de Garau. Vamos, un fraude a la administración de manual. De producirse alguna detención el terremoto político sería devastador.

(Publicado en Última Hora)

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