10 abril 2017

ALONSO, CHACÓN Y PECES-BARBA

En pocos meses han fallecido sorpresivamente dos exministros de Defensa socialistas, Juan Antonio Alonso y Carme Chacón, ambos muy jóvenes y que hicieron gala de un enorme sentido de Estado que a menudo es lo que requiere un departamento como este, aunque también diré en honor a la verdad que a mi juicio, sin ser malos ministros, no hicieron todo lo que estuvo en su mano -y lo que de ellos se esperaba, como miembros del PSOE- en defensa de los derechos de los trabajadores militares, sometidos a regímenes laborales severísimos y con restricciones y limitaciones a sus derechos constitucionales que no soportan otros trabajadores en España ni tampoco otros militares en Europa, donde incluso pueden afiliarse a sindicatos.

Coincide la desaparición de Alonso y Chacón con la entrega del arsenal -o de parte de él, porque las cifras no cuadran- de la banda terrorista ETA, esperemos que como paso previo al anuncio de su disolución. Y viendo el asunto de ETA con la necesaria perspectiva y acordándome de muchos miembros del PSOE vilipendiados injustamente en este largo proceso de derrota de los terroristas, no he podido evitar acordarme de otro ilustre socialista al que se maltrató de forma ignominiosa durante los últimos años de su vida y al que no se le ha hecho justicia como se debiera. Me estoy refiriendo a Gregorio Peces-Barba Martínez. No se trata ahora de citar su biografía, pero conviene recordar que fue uno de los ponentes de la Constitución de 1978, presidente del Congreso de los Diputados y Rector de la Universidad Carlos III de Madrid.

En 2004 fue designado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo. En mala hora aceptó el encargo porque fue víctima de una campaña absolutamente deleznable, vergonzosa e indigna, que debiera avergonzar al país entero y a los políticos y entidades que la patrocinaron, singularmente a destacados miembros del PP. Fue injustamente vilipendiado y todo por la brutal polarización de la sociedad española tras los atentados del 11 de marzo de 2004 y la llegada al poder del PSOE de forma inesperada y traumática por parte del PP. Cuando siempre había habido solo víctimas del terrorismo, se comenzó a clasificar a las víctimas y a utilizarlas en el debate político. Las víctimas del 11-M como Pilar Manjón le apoyaron en todo, al contrario que la AVT de Francisco José Alcaraz y el Foro de Ermua que presidía Mikel Buesa. Y ello pilló al bueno de Gregorio en el medio de la confrontación, que acabó abrasándole, casi sin comerlo ni beberlo.

Yo conocí personalmente a Peces-Barba en aquella época y me pareció de una villanía tremenda lo que se llegó a publicar de él, muchas de las cosas radicalmente falsas, como que había planteado a las víctimas la necesidad de hacer concesiones a los terroristas para facilitar un proceso de paz. Y no he podido evitar acordarme de él y también de tantos otros que desde diferentes responsabilidades han luchado contra ETA y a favor de la memoria de las víctimas y de los derechos de sus familiares, como Patxi López, Jesús Eguiguren, Alfredo Pérez-Rubalcaba y el propio Zapatero, pero estos afortunadamente aún viven y yo quería citar a los que ya no están aquí.


ETA ya no actúa ni está en disposición de hacerlo y no quiero atribuir el mérito de eso a nadie, porque aún hay un largo camino que recorrer para su disolución y para que se haga justicia con los crímenes que están sin esclarecer. Pero desde luego, en la lista de socialistas que lucharon para lograr estos objetivos están de forma destacada Toño Alonso, Carme Chacón y también Gregorio Peces-Barba. Y haría bien el PSOE en reivindicar su memoria y su legado.

(Publicado en mallorcadiario.com)

No hay comentarios: