22 abril 2017

EL MOTORISTA FANTASMA

El caso de presunta corrupción en el seno de la Policía Local de Palma, siendo todo lo grave que se quiera y teniendo aspectos propios de una novela negra ambientada en Chicago años 20, parece eternizarse. Quizá porque se ha acrecentado ficticiamente, mucho más de lo que hay en realidad. Que unos cuantos policías locales sin escrúpulos se beneficiasen de copas gratis y sexo con prostitutas, a cambio de hacer la vista gorda en determinados locales de Palma y Calvià, es una cosa; y otra muy distinta es sostener -y probar, cuidadito- que había una auténtica banda criminal organizada, compuesta íntegramente por funcionarios públicos y dirigida por políticos de un partido concreto, dedicada a todas las actividades delictivas que se contemplan en el Código Penal y alguna más. Cuando se mete aire en el globo y se sopla sin parar, acaba por reventar. Algunos han querido exhibir el globo más grande de la feria, en lugar de hacer lo que se acostumbra en toda investigación penal, que es ceñirse a los hechos y no dejar volar la imaginación en base a leyendas urbanas, relatos delirantes de motoristas fantasmas, francotiradores en azoteas y orgías sexuales grabadas en vídeo.

En este caso se están destapando auténticos ajustes de cuentas y algunos materializan su venganza, ahora que el momento parece ser propicio. Algunas patrañas vertidas por drogadictos y delincuentes multirreincidentes de la peor calaña o por, sencillamente, cualquiera que vea la oportunidad de cobrarse alguna vieja deuda pendiente. El exdiputado y exconcejal del PP de Palma, Carlos Veramendi, defendido por el abogado Agustín Aguiló, ha sido exonerado por el juez de los delitos de los que venía siendo acusado durante ocho meses. Se sostuvo -ahora sabemos que sin pruebas- que Veramendi cometió tráfico de influencias y coacciones, utilizando a la Policía Local para que actuase a su favor, inspeccionando locales próximos a su domicilio. Nada de eso se sostenía y el juez Penalva, con el informe favorable del fiscal Subirán, ha acordado el archivo de la causa. Una buena noticia para el veterano político, que difícilmente compensa el mal trago de verse injustamente acusado y vilipendiado, en un asunto tan escabroso y desagradable.

Ya son muchos los meses que duran las investigaciones, parcialmente declaradas secretas, y se diría que las pesquisas no avanzan ni estando Tolo Cursach en prisión preventiva.

(Publicado en Última Hora) 

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