El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Vila está
comenzando a mostrar rasgos poco compatibles con un comportamiento democrático.
A la vez que presumen de lo bien que lo hacen todo, lo cual es normal,
pretenden anular la voz de la oposición descalificando a los dos partidos que
la ejercen, EPIC y Partido Popular. A cada crítica del PP sobre sus
planteamientos o sobre su gestión, ya sea sobre la reforma circulatoria, la
reforma del puerto de Eivissa o más recientemente sobre la ubicación del nuevo
albergue de la ciudad, PSOE y Guanyem eluden entrar en el fondo de la cuestión
reprochando por un lado a EPIC las presuntas “neuras” de su portavoz, Antonio
Villalonga, y por otro lado el pasado del PP y sobre todo su división interna
durante la pasada legislatura, cuando Vila llegó a tener 3 alcaldesas en poco
más de un año. Siendo todo esto verdad, no parece democrático que, ante las
propuestas o críticas de 9 concejales, el PSOE y Guanyem pretendan cercenar
todo debate político sin más argumentos que echar en cara a PP y EPIC viejos
reproches que no vienen al caso. El equipo de gobierno que lidera el alcalde Rafa
Ruiz tiene argumentos con que sostener sus planteamientos. No se comprende,
entonces, su empecinamiento en no exhibirlos y defenderlos ante la oposición,
limitándose a descalificar a la oposición -a veces hasta insultarla- y a pretender
que esta abdique de su obligación de controlar la acción de gobierno. Le guste
o no le guste, PP y EPIC representan a 5.692 vecinos que les votaron. Claro que
se está mucho mejor sin oposición o ignorándola, pero eso no es democrático y
además, no cambiará el hecho de que los vecinos y comerciantes sigan exigiendo
que se les consulte, como se prometía cuando aún no gobernaban. Y convendría
que asumieran que las reticencias al albergue no desaparecerán por arte de
magia, sino que irán a más.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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