30 abril 2016

UN ÚLTIMO ESFUERZO

Hay que sacar fuerzas de flaqueza y hacer un último esfuerzo por librar a la infanta Cristina de Borbón del banquillo. Es hora de echar toda la carne al asador. Después de haberse opuesto con una tenacidad sin precedentes, digna de mejor causa, a la declaración judicial ante el juez José Castro en febrero de 2014 (hasta de comparecer ante el juez de Instrucción quisieron librarla) y también al auto de imputación de junio de ese mismo año, la Fiscalía Anticorrupción intenta que antes del 30 de junio, cuando está previsto que termine la vista oral del caso Nóos, el tribunal que preside magistralmente la magistrada Samantha Romero, expulse a Manos Limpias de la acusación popular. Si lo consiguiese, dado que nadie más acusa a la infanta, habrá conseguido exonerarla por completo, pero sólo jurídicamente porque a ojos de la opinión pública la condena sería inapelable, como el hundimiento del prestigio de la Fiscalía Anticorrupción de Balears (si es que algo le queda) en una maniobra que se supone será rechazada por Miquel Roca y el resto de defensores de la hermana del Rey, quienes manifestaron que solo aceptarán un veredicto de inocencia y no quieren atajos. Además, hay otro obstáculo, que es el pronunciamiento del propio tribunal del ‘caso Nóos’ el día 21 de abril, desestimando la petición de algunas defensas de apartar a Manos Limpias y desde entonces hasta ahora nada nuevo ha ocurrido para que las magistradas modifiquen su parecer.


En el “Manual para salvar a la infanta” del que dio cuenta la revista Interviú en febrero de 2014, cuyo autor supuestamente sería el fiscal Pedro Horrach (algo que él nunca ha desmentido), no figuraba esta postrera maniobra, pero hay que aprovechar las circunstancias sobrevenidas, propiciatorias para el salvamento regio. No sucede todos los días que se envíe a prisión preventiva al líder de la entidad que ejerce la acusación popular y si eso ha de servir para enviar a su casa a Virginia López Negrete, miel sobre hojuelas. Un estorbo menos. A buen seguro hasta ella lo acabará agradeciendo porque a saber cómo y cuándo cobrará sus merecidos honorarios por los servicios prestados, si el “sindicato” que la contrató tiene las cuentas bloqueadas. De todos modos, la aguerrida letrada se ha desmarcado de su jefe ahora encarcelado, Miguel Bernad y parece que resistirá hasta el final en su función acusatoria de la que la Fiscalía desertó hace tiempo. 

(Publicado en Última Hora)

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