En este teatro de política espectáculo, donde incluso se
retransmite en directo por televisión que dos líderes políticos como Pedro Sánchez
y Pablo Iglesias crucen la carrera de San Jerónimo en Madrid en un encuentro
del que nadie pudo extraer ninguna conclusión porque nada se concluyó, Mariano
Rajoy fue entrevistado el domingo por Jordi Évole (La Sexta) y Pablo Iglesias
este lunes por Pablo Motos (Antena 3).
El presidente del Gobierno en funciones se mostró
arrepentido por los sms enviados a Luís Bárcenas (“Luís, hacemos lo que
podemos, sé fuerte”) y se excusó en que “no se acierta siempre en la vida”.
Sucede que como todo el mundo en el PP reconoce, la corrupción le ha pasado una
dura factura a los populares, en buena medida por mor de esos mensajes y a la famosa
“indemnización en diferido” de la aún secretaria general del PP nacional, María
Dolores de Cospedal. Porque la gente sospecha con muchos indicios para ello,
que mientras ellos protegían y apoyaban a Bárcenas, este calló. Y cuando
dejaron de hacerlo, este empezó a largar y a contarle al juez Ruz de la
Audiencia Nacional el dinero negro que el partido cobraba de importantes
empresarios, con el que se pagaron las obras de remodelación de la sede
nacional de la calle Génova y con el que presuntamente repartía sobres con sobresueldos,
entre otros al propio Rajoy. Cuando el gallego despacha el asunto con un “ya di
explicaciones en el Congreso”, cosa que es cierta y que la bancada popular
recibió con aplausos y ovaciones, parece no darse cuenta de la gravedad del
episodio y de lo deteriorada que se encuentra su imagen pública. Lo ratifica el
hecho de que esté dispuesto a volver a ser candidato a la presidencia del
Gobierno en unas nuevas –y más que probables, porque no hay acuerdo posible
entre Podemos y Ciudadanos– nuevas elecciones. En cualquier otro país de
nuestro entorno, al día siguiente de que la prensa publicase los reveladores
mensajes de móvil, el presidente hubiese presentado su dimisión al momento. Aquí
Rajoy alega que no siempre se acierta en la vida. Decepcionante.
Pablo Iglesias, por su parte, se reivindicó como gente de
orden. A la pregunta del entrevistador de qué les diría a aquellos que piensan
que los de Podemos son peligrosos radicales, dijo literalmente: “Los
antisistema de verdad son los que han privatizado la sanidad, los que han
estado robando a manos llenas. Frente a ellos, nosotros somos gente de orden y
queremos que se cumpla la ley”. Sin embargo minutos más tarde enalteció
al concejal de Jaén, Andrés Bódalo (actualmente en prisión) como en otras
ocasiones lo ha hecho con Arnaldo Otegi. ¿Gente de orden? ¿De verdad piensa
Iglesias que la gente puede identificarles así cuando su formación defiende o
justifica actuaciones violentas de Bódalo por las que ha sido condenado en
varias ocasiones por la Justicia?
A veces pienso que los líderes políticos confunden la
realidad con la ficción y son incapaces de ver lo que el común de la ciudadanía
ve perfectamente. O quizás sí lo ven, pero lo niegan creyendo que con eso van a
engañarnos.
(Publicado en www.mallorcadiario.com)
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