El martes 9 se reanuda el juicio del caso Nóos, sin duda
alguna el más relevante desde un punto de vista periodístico y de interés mediático.
Lo acredita los 600 periodistas que previsiblemente volverán a darse cita en el
polígono de Son Valentí porque la continuidad en el banquillo –y contra todo
pronóstico– de la hermana del rey Felipe VI, mantiene viva la expectación e
incluso la acrecienta. Pese a que la infanta Cristina cuenta con una nutrida
defensa compuesta por funcionarios del Ministerio Fiscal, Abogados del Estado,
un padre de la Constitución y un catedrático de derecho penal, aún considera
que se ha producido una vulneración del derecho de defensa, motivo por el cual
sus letrados presentaron un escrito de protesta ante el tribunal, más formal
que el espontáneo y cinematográfico “¡protesto!”. Para subsanar el menoscabo
causado por el tribunal en su derecho a defenderse y a la tutela judicial
efectiva al someterla a juicio (es difícil encontrar un oxímoron mejor), la
exduquesa de Palma acude al “mercado de invierno” y ficha a 4 abogados para
reforzar su zaga que acumula una derrota tras otra. Los letrados Pablo Molins,
Jorge Navarro, Juan Segarra y el mallorquín Jaume Riutord reforzarán la defensa
que Miquel Roca y Jesús María Silva ejercen como titulares, aunque hay muchos
otros más en el terreno de juego.
Hoy abundan en los medios las noticias sobre las
negociaciones que los abogados de algunos de los acusados mantienen con la
Fiscalía y que esperan cerrar antes de que se reanude el juicio. Hay que pactar
como sea. Pepote, Alía y Bonet parecen tenerlo todo bastante arreglado. Miguel
Tejeiro, a quien Manos Limpias ha retirado la acusación, se libra directamente privándonos de las intervenciones de su
brillantísimo abogado Cristóbal Martell. Pero la clave está en el expresident
del Govern, Jaume Matas, quien ya sabe que si quiere minimizar los daños, debe
confesar no solo los amaños a favor de Nóos, sino también y especialmente el
del concurso de Son Espases, que como todo el mundo imagina no fue a cambio de
nada. El famoso “¡hágase!” tendrá sus consecuencias penales y está por ver si
Matas tirará de la manta y señalará a alguien de la dirección nacional del PP. Sería
lo último que les faltaría después del desmantelamiento del PP de Valencia. Por
algo parecido Unió Mallorquina se disolvió de la noche a la mañana, pero tratándose
del PP no hay peligro.
(Publicado en Última Hora)
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