Tras la espectacular OPA hostil que ayer lanzó Podemos al
PSOE, en lo que constituye un magistral jaque a los socialistas –porque a ver
cómo le dice Pedro Sánchez que no al envite–, el secretario general de Podemos,
Alberto Jarabo, saltó a defender la propuesta de Pablo Iglesias. Jarabo es el
político que apoya que su formación gobierne en los Consells Insulares de Mallorca,
Menorca e Ibiza, y en los principales ayuntamientos de Baleares (Palma e Ibiza,
entre otros), además de en el Gobierno del Estado, pero que en ningún caso está
dispuesto a formar parte del Govern de les Illes Balears. Esta flagrante
incongruencia debe tener una explicación
razonable que se nos escapa.
Una periodista preguntó ayer a Iglesias: “¿Por qué ha
cambiado Podemos de opinión respecto a las pasadas elecciones autonómicas, en
las que los pactos con el PSOE se fijaron con la condición de no entrar en esos
gobiernos pero sí de apoyar que se formen gobiernos del cambio?” Él respondió:
“Nosotros entendemos que para que haya un gobierno del cambio tiene que haber
personas que representan y que ejerzan el cambio. Nosotros además no nos fiamos
de las buenas palabras. (…) Por lo tanto nosotros no nos vamos a fiar de las
buenas palabras. Las garantías para que en este país haya un gobierno del
cambio es que nosotros estemos en ese gobierno, que nosotros estemos en las
reuniones del Consejo de Ministros y que nosotros estemos ejerciendo
responsabilidades de gobierno, porque si no ya sabemos lo que pasa, se dice una
cosa pero después de hace otra”.
Después de esto, ¿cómo pueden Alberto Jarabo o Laura Camargo
seguir sin ser nombrados consellers? ¿Será que no se consideran capacitados?
Los hay peores y no pasa nada. Pidan por esa boquita que nadie les llamará
pedigüeños.
(Publicada en Última Hora)
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