El relato del juez Manuel Penalva para justificar el envío a prisión preventiva y sin fianza de 6 presuntos delincuentes que se hacían pasar por policías locales de Palma, fingiendo ser funcionarios públicos encargados de hacer cumplir la Ley, pone los pelos de punta. El rosario de delitos que se atribuye a la mafia policial instalada en el cuartel de San Fernando es difícilmente empeorable, pues no hay actividad criminal que se les escapase: prevaricación, negociaciones prohibidas a funcionarios, extorsión, cohecho, falsedad documental, agresión sexual, solicitud de favores sexuales, uso de información privilegiada, contra la salud pública, omisión del deber de perseguir delitos, obstrucción a la Justicia, coacciones, amenazas, el cubrimiento y asociación ilícita/pertenencia a organización criminal. Lo peor de todo es que Su Señoría está convencida de que se trata de una banda organizada que tenía el objetivo de "crear una estructura corrupta (...) desde la base hasta la cima de la pirámide delincuencial, que les permita actuar con absoluta impunidad, tal y como así lo han venido haciendo durante años". Deplora la actuación de los mandos de la Policía Local y habla del "grado de corrupción que impregna a toda una institución policial", sin olvidar la "persecución padecida por un buen número de policías honestos". Brutal. Aunque sea un detalle menor, sería interesante que el juez investigue por qué los 9 agentes municipales detenidos fueron trasladados sin grilletes al juzgado, cuando todos hemos podido ver a centenares de detenidos por delitos mucho menos graves ser conducidos engrilletados. Este trato de favor no se le ha escapado a nadie y no debiera quedar impune.
Sobre la anulación de la adjudicación del Palau de Congressos, es sencillamente escandaloso que aquellos que ponían el grito en el cielo cuando se convocó el concurso de Can Domenge, en lugar de una subasta, ahora no consideren irregular que se haya hecho un concurso en lugar de una subasta, algo imposible de manipular. Los que pusieron en duda todas las valoraciones en Can Domenge ahora no aceptan que se cuestione la valoración del hotel anexo que según el vicepresidente Barceló supondría regalar 40 millones de euros a Barceló Hoteles. Un regalo mucho mayor que el que supuestamente le hizo Unió Mallorquina a Sacresa, a cambio de un soborno de 4 millones de euros.
(Publicado en Última Hora)
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