17 octubre 2015

MARGA HUERTAS Y XELO PROHENS

Margalida Prohens lee mucho y no levanta los ojos del papel, pero cabe preguntarse si lo que lee lo escribe ella y también si es capaz de hacer otra cosa aparte de leer. Puede afirmarse que la portavoz del Grupo Popular es la peor de los portavoces de la oposición desde un punto de vista dialéctico y me atrevo a decir que incluso intelectual. Xavier Pericay y Jaume Font son infinita mente mejores que ella, lo que debiera obligarla a esforzarse más en sus intervenciones, en la elección de los argumentos y sobre todo, en la forma de exponerlos. Hasta ahora causa  vergüenza ajena por su paupérrimo nivel al recurrir continuamente a muletillas absurdas y a pueriles titulares con rima. Que la exportavoz adjunta del PP en la pasada legislatura, la de la mayoría absoluta de José Ramón Bauzá, hable de arrogancia por parte de la presidenta socialista Francina Armengol, suena a chiste. Armengol no es libre ni de nombrar al gerente del Sitibsa sin consultar a otros cuatro partidos ajenos al suyo. Además uno de ellos, Podemos, está totalmente fuera de control y va por libre, lo que invita a alguno de sus diputados a hacer lo propio al margen de las instrucciones que reciban de su líder, Alberto Jarabo, entregándose a la "ironía". Recomiendo a Prohens que acuda al archivo de IB3 y al Diario de Sesiones y busque las intervenciones de algunos de sus antecesores en la portavocía del Grupo Popular: Joan Huguet, Francesc Fiol o Antoni Pastor, por no remontarnos más en el tiempo. Quizás viendo a tan finos, ocurrentes y brillantes oradores se le pega algo, aunque lo dudo. Omito a Mabel Cabrer porque con ella empezó a declinar el nivel parlamentario del PP y está claro que solo debió enseñarle a Prohens los defectos en los que ahora con tanta frecuencia incurre. Esto ni es oposición ni es nada.

A los populares les cabe un recurso desesperado: pedirle a Xelo Huertas que intercambie su escaño con Marga Prohens. La presidenta de la Cámara no pondrá objeción porque se muere de ganas de ser lideresa de la oposición. No hay peor astilla que la de la propia madera y como antigua militante socialista, la inquina que guarda hacia Armengol es titánica. Se trata del fanatismo del converso, que la ha llevado en tan solo cuatro meses a pisotear la promesa que hizo el 18 de junio (Diario Sesiones 1, pág. 12) de hacerlo "con humildad y compromiso de absoluta imparcialidad". Ya se ha visto.

(Publicado en Última Hora)

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