¿A QUÉ SE ENFRENTA AUGC?

Mi sucesor al frente de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, Alberto Moya, y el actual secretario de organización, han sido sancionados por el Director General de la Policía y la Guardia Civil con la pérdida del destino. Además, dos dirigentes de AUGC en Ciudad Real, Antonio Moreno y Jesús Culebra, han sido sancionados con dos años de empleo y sueldo, sanción que lleva aparejada la pérdida del destino. Todas estas medidas represivas lo han sido con motivo de su actividad como representantes de los guardias civiles, unos a nivel nacional y otros a nivel provincial. Se pretende así por un lado, enmudecer a la principal asociación profesional de guardias civiles –lo cual ya se ha conseguido, como se puede comprobar– y, por otro lado, descabezarla.

Esta estrategia represiva está impuesta por el sector más conservador de la cúpula de mando de la Guardia Civil, claramente en contra de toda reforma interna que permita una modernización de la institución y una normalización de sus relaciones con los trabajadores, como pasa en otros Cuerpos de Seguridad. Temen que con ello se esté abriendo el camino a una futura desmilitarización de la Guardia Civil, vieja aspiración de la inmensa mayoría de los funcionarios y auténtica bestia negra de los generales y los altos mandos, que temen con ello perder sus inmensos privilegios heredados de cuando España era una dictadura militar revestida de nacionalcatolicismo.

Es cierto que ha habido tímidos cambios en la organización, impuestos básicamente por dos leyes orgánicas aprobadas en el año 2007 tras la gran movilización de guardias civiles que culminó con la manifestación de agentes uniformados el 20 de enero de aquel año 2007. Las dos leyes orgánicas a que me refiero y que yo personalmente negocié, una nueva ley disciplinaria que eliminó la sanción de arresto y la aplicación del Código Penal Militar en funciones policiales por un lado (12/2007), y una ley de derechos y deberes que configura el estatuto propio de los guardias civiles y que regula el derecho al asociacionismo profesional (11/2007), no contaron nunca con el apoyo de la cúpula militar del Cuerpo sino todo lo contrario, con su oposición frontal. Sin embargo, el PSOE cumplió –o creyó que había cumplido– su compromiso electoral de avanzar hacia una gradual “desmilitarización”, que realmente nunca fue tal debido a la oposición de los altos mandos.

No es en vano que durante la aprobación de dichas leyes, no hubiese ningún representante de la Dirección General de la Guardia Civil en la tribuna del Congreso. Lo consideraron un fracaso y por tanto no se les ocurrió acudir a festejarlo al Parlamento. Tampoco es casual que la primera visita que realizó S.M. El Rey a la sede de la Dirección General del Cuerpo fuera el 9 de mayo de 2007, en plena tramitación parlamentaria de las citadas leyes. Nunca antes el Jefe del Estado había visitado la sede de la institución ni se había reunido con el Consejo Superior de la Guardia Civil, integrado por todos los generales en activo. Dicha reunión tuvo una motivación que ahora se nos muestra bien clara: reforzar el mensaje de que la Guardia Civil no perdería el carácter militar y que la Corona apoyaba que las cosas no fuesen a más. Ofreció un mensaje tranquilizador en este sentido a los generales del Cuerpo. Pero no decía S.M. nada nuevo, pues ya en abril de 1982, durante una visita a la Academia Especial de la Guardia Civil en Aranjuez,  dijo: "Me voy a expresar con la llaneza habitual entre compañeros. No debéis hacer caso de las palabras que intenten modificar los conceptos de disciplina y lealtad a vuestros mandos y funciones. Vuestro Rey, que os comprende, sabe como pensáis porque está en íntimo contacto con vosotros. Tened la seguridad que contáis con mi apoyo y protección, por eso os digo que no dejéis de trabajar con ilusión por nuestra querida España".

Después de aquella histórica visita a Guzmán el Bueno siguieron otras muchas a las más importantes unidades del Cuerpo: el 5 de junio de 2008 visitó el Colegio de Guardias Jóvenes y la UEI en Valdemoro; el 30 de abril de 2009 visitó el GAR en Logroño, el 21 de abril de 2010 visitó la Escuela de Tráfico en Mérida. Antes de todo, el 19 de junio de 2006 había visitado la Academia de Guardias de Baeza, cuando ya gobernaba el PSOE y la presión que ejercía AUGC era máxima para que se cumpliese su programa electoral. ¿Fue casualidad? Nadie en su sano juicio puede pensarlo. Y tras esta toma de posición por parte del Jefe del Estado, el PSOE no solo paralizó toda nueva reforma, sino que vio positivamente y finalmente acabó impulsando de la mano con el PP un importante paso atrás en los derechos constitucionales de los guardias civiles.

Después de la manifestación en las que participó AUGC junto a los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía el 18 de octubre de 2008, a los generales se les encendieron todas las alarmas, pues aquel fue una atrevimiento importante y vieron cómo, de no poner coto a las asociaciones de guardias civiles, acabarían haciendo lo mismo que los sindicatos policiales, solo que estos lo hacen en un cuerpo civil y aquellas lo harían en uno militar, cosa imperdonable según su criterio. Y con el tiempo, llegó la gota que colma el vaso de la paciencia de los generales: la manifestación de guardias civiles del 18 de septiembre de 2010. Pronto se cumplirá un año desde aquella gran movilización a las puertas de la Dirección General y las cosas no han hecho sino empeorar para AUGC. La estrategia represiva es brutal y sin cuartel. La capacidad de actuar en estas circunstancias por parte de la organización es prácticamente nula, como no sea para empeorar la situación, como cuando se cometió el tremendo error de dar una rueda de prensa con agentes uniformados encapuchados como terroristas.

Tras la manifestación del 18 de septiembre, que el ministerio del Interior intentó impedir recurriendo no solo a las amenazas como es su costumbre, sino ya a la prohibición pura y dura por parte de la Delegación del Gobierno, aunque fue permitida por los tribunales en una histórica sentencia, vino directamente la cirugía mayor por parte de los partidos mayoritarios. La prohibición del derecho constitucional de reunión y manifestación, perpetrado a través de la Ley Orgánica 11/2011, para la aplicación a la Guardia Civil del artículo 13.1 de la L.O. 9/2011, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, es buena prueba de ello. Lo que se aprobó en octubre de 2007 se rectifica en agosto de 2011, recortando derechos constitucionales y mimetizando un poco más la Guardia Civil con las Fuerzas Armadas. Poner de acuerdo al PP y al PSOE para hacer algo como eso, solo es posible con la intervención del Rey. Esta es la situación que tiene que enfrentar AUGC. Dificilísima, por no decir imposible. Seamos realistas.

¿Qué debería hacer ahora AUGC?

1.- Solidaridad y respaldo a TODOS.

Ya expliqué en anteriores ocasiones que la organización se ha debilitado de forma temeraria y carece totalmente de estrategia, más allá de la pura acción/reacción que no puede servir de nada. No insistiré más en ello y me remito a lo que ya dije en este mismo blog. Sin embargo, voy a ofrecer mi punto de vista sobre la forma de hacer frente a la ofensiva represiva que están padeciendo y que pone en gravísimo peligro a los dirigentes y también la pervivencia de la propia organización como una asociación reivindicativa y no meramente asistencial, que es lo que siempre han querido que fuera AUGC, al estilo de las Hermandades de retirados.

Quiero poner el acento en esta cuestión, porque parece que a algunos se les escapa. AUGC y antes COPROPER se destacaron por ser organizaciones capaces de cambiar la realidad de los agentes utilizando la política y combinando inteligentemente la presión con la negociación. En estos últimos años se ha convertido en una asociación que ofrece servicios a sus afiliados pero totalmente incapaz de cambiar la realidad. En poco tiempo, si las cosas no cambian, se habrá pasado de luchar por los derechos de los guardias civiles a conseguir viajes baratos y apartamentos vacacionales a buen precio para sus afiliados, pero nada más. Y así no habrá ningún problema con el aparato represivo, porque AUGC no será un elemento a temer. Si la organización quiere pintar algo en la vida profesional de los guardias civiles y ser capaz de mejorar sus condiciones laborales, entonces tiene que ser algo más y ser capaz de hacer política y convencer a los políticos. Convengamos que eso, en las actuales circunstancias y con los actuales dirigentes, es del todo imposible. Ha trascurrido un año entero desde la última manifestación y las vías de diálogo están rotas del todo y son irrecuperables. No hay forma ya no de influir, sino de dialogar siquiera ni con el Gobierno ni con los partidos mayoritarios.

En cuanto a las actuaciones represivas, es vital que la organización se muestre solidaria con los represaliados. Que les ofrezca todo el apoyo de que sea capaz. Los expedientados sufren las consecuencias de su implicación directa en la lucha por mejorar las condiciones de todos los guardias civiles (ciertamente con poco éxito en los últimos años) y solo por eso han de ser objeto de total apoyo y de máxima compensación en la medida de lo posible. Nunca hay que dejar a nadie atrás. Mucho menos vender la cabeza de nadie para protegerse a sí mismos, como se hizo hace algunos años conmigo, vendiendo mi cabeza al PSOE. La traición es siempre algo repugnante porque además, debieran saber que Roma no paga traidores y si creyeron que ellos iban a ser respetados por hacer el trabajo sucio, ahora habrán comprobado en su propio pellejo que no es así. Sus propios compañeros le apuñalaron como a Cesar en el Senado de Roma. Cada uno un poquito.

Quienes ahora piden ayuda, quede clara mi opinión, sin duda la merecen y deben recibirla. Pero hay que recordar que no siempre sucedió esto. Que algunos de los que la piden ahora, la negaron a otros que sufrieron acoso y persecución antes que ellos. Les criticaron cuando tuvieron/tuvimos que ponernos en manos de médicos y psicólogos. Asumieron los argumentos de nuestros jefes, criticando a las víctimas como si lo que estaba sucediendo fuese culpa nuestra y no estuviéramos siendo objeto de una cruel e injusta persecución cuyo objetivo no éramos nosotros mismos, sino la propia AUGC y por tanto, todos y cada uno de los miembros de la organización. Fueron tan ilusos de creer que a ellos no les pasaría lo que a los demás, solo porque ya eran una asociación profesional legal y reconocida y porque además de estar liberados, se tomaban cubatas con los diputados del PSOE. El más mínimo y elemental sentido de la solidaridad sindical les tenía que haber conmovido a apoyar a TODOS los represaliados, no únicamente a sus amiguetes. Crearon niveles de represaliados y diferentes clases entre ellos. Unos merecieron apoyo y subvención. Otros no y fuimos abandonados como perros. Se decidió pagar de la caja de resistencia a todos los expedientados por la manifestación del 20 de enero de 2007, incluso más de lo que les tocaba, excepto a María del Mar Camacho y a mí. Y con eso, enviaron sin saberlo un clarísimo mensaje de división a los enemigos de la organización. Siempre que se muestre una grieta en el muro de AUGC, la dirección general del Cuerpo la detectará y golpeará en ella hasta derribarlo. Cualquier atisbo de desunión ha sido, es y será aprovechado por nuestros enemigos. He aquí lo que están haciendo de una forma muy eficaz, porque es muy elocuente la situación de extrema debilidad que atenaza a la Asociación, muda como nunca por culpa de la situación de sus dirigentes, temerosos de ser los siguientes que sufran el próximo zarpazo disciplinario a semejanza de los de Ciudad Real Antonio Moreno y Jesús Culebra, dos compañeros que están fuera del Cuerpo por dos años con lo que eso significa para su economía, su carrera profesional y sus familias. Y lo peor es que AUGC parece no tener respuesta para ellos. ¡Imperdonable!

En la Asamblea General de 2010 se acordó pagar a unos y no pagar a otros, sin más criterio y sin escuchar más voz que la de aquellos que se erigían en jueces supremos para decidir sobre los demás sin ni siquiera dejar hablar a los interesados. Es paradójico que Antonio Moreno (y antes que él Agustín Clemente, de Albacete), entre otros,  fuese uno de los que se opuso a que María del Mar Camacho o yo fuésemos debidamente compensados por los perjuicios económicos que habíamos sufrido a consecuencia de las sanciones disciplinarias y otras actuaciones en nuestra contra. Paradójicamente, ahora son ellos los que piden compensaciones económicas para paliar los perjuicios sufridos con motivo de su trabajo para AUGC, con los mismos argumentos con que ellos denegaron la ayuda a otros. Recuerdo bien que se hablaba de que ya estábamos de baja, se hacían alusiones al compromiso personal para negar la ayuda, y fueron los mismos que ahora la reclaman. Lo más grave de esto y que AUGC debe rectificar y no volver a cometer jamás, es que nunca antes se habían introducido diferencias en AUGC. Y haciéndolo entonces, se abría un camino a nuestros enemigos que habrá de causar mucho daño. ¿Qué pasará cuando en lugar de ser dos compañeros sean doce los sancionados con dos años de suspensión? ¿Alguien puede garantizar que no va a suceder esto, a la vista de la eficacia para la Institución? ¿Qué hará AUGC, llevar los casos a la Asamblea para que se vote? ¿Amparar a unos y desamparar a otros…?

2.- Sustitución de los dirigentes nacionales y planteamiento de una nueva estrategia nacional a través de un Congreso Nacional de AUGC.

AUGC llegó a conseguir cambiar la realidad de los guardias civiles porque fue capaz de influir en los políticos. Primero, y tras muchos años de trabajo de muchos compañeros, fuimos capaces entre 1996 y 2004, durante los gobiernos Aznar, de jugar las bazas que se planteaban ante nosotros (la predisposición al diálogo de López Valdivielso, Consejo Asesor de Personal) y a la vez, convencer al PSOE, entonces en la oposición, para que incluyese nuestras demandas en su programa electoral. Y una vez llegaron al poder, exigir que cumpliesen sus compromisos.

En la actualidad, AUGC carece de toda capacidad de influir. Las vías de comunicación están rotas y sin posibilidad de recuperación. Las cosas, como tengo dicho, solo van a ir a peor si no se asume la realidad y se toman decisiones drásticas. Se requiere una recambio para los actuales dirigentes con compañeros “de refresco” que no estén quemados como lo están ellos y atenazados por la acumulación de sanciones, si es que hay alguien que quiera asumir ese compromiso, que es dudoso... Desde ese punto de partida del cambio de interlocutores, hay que restablecer las vías de diálogo y se debe plantear una nueva estrategia nacional compartida por todos y no únicamente decidida por la JDN e impuesta a los demás, que la siguen como algo ajeno y sin el menor entusiasmo. No se trata ya solamente de cambiar personas, sino también de cambiar estrategias y objetivos.

Recientemente hemos visto una demostración más de su agotamiento como líderes de AUGC, que se concreta en su falta de ideas y sus bandazos en la toma de decisiones. El 13 de agosto se reunieron en Madrid los dirigentes de las cuatro asociaciones profesionales representativas. Tras la reunión hicieron una rueda de prensa y anunciaron públicamente varias medidas entre las que destacaba la siguiente:

“V.- 22 de septiembre: Como adelantábamos también, el próximo 22 de septiembre ya hay fijada una actuación. Las cuatro asociaciones en unidad de acción realizaremos un acto, donde participarán exclusivamente los representantes de las mismas, que consistirá en la celebración de una misa en una iglesia de Madrid, a la que se asistirá de uniforme y en la que, basándonos en la libertad religiosa que ampara nuestro ordenamiento jurídico, se harán una serie de peticiones cuyo cumplimiento necesitamos todo el colectivo formado por los guardias civiles y sus familias. Este acto religioso se repetirá en las principales capitales de provincia. Os iremos dando más detalles, conforme se acerque la fecha”.

Ahora resulta que el acto anunciado públicamente no se llevará a cabo puesto que el fracaso estaba asegurado y no iría nadie, además de que el resto de organizaciones ¡¡¡ “en unidad de acción” !!! habían manifestado que no acudirían. Una vez más, al igual que con el anuncio de dimisión del Consejo de la Guardia Civil, se anuncia públicamente una medida de presión pero finalmente se da marcha atrás y no se ejecuta. ¿De quién fue la genial idea de la misa de uniforme? Una decisión que nunca fue debatida ni consensuada con las delegaciones provinciales pero que, sin embargo, se anunció a todo trapo en la Web [http://www.augc.org/comunicados.php?not=1006&selector=1&d=0&com=0] pero que al final no se lleva a cabo, imagino que por miedo porque los expedientes disciplinarios estaban cantados no, lo siguiente. Esta clamorosa falta de estrategia está llevando a AUGC al abismo porque la Dirección General y los generales han comprobado sin género de duda, que tras la manifestación del 18 de septiembre del año pasado, no se ha hecho absolutamente nada exceptuando la patética  rueda de prensa de los encapuchados y las amenazas y farolear, porque farolear era la dimisión del Consejo y farolear ha sido la frustrada misa de uniforme. Y más le valiera a la JDN pensar bien lo que se anuncia y dejarse de farolear, porque los generales ya saben ahora que AUGC no tiene más munición con que tirar que unos  pocos cartuchos de fogueo y mucha brabuconería en sus comunicados. Nada más. Esta es la tremenda debilidad en la que han instalado a toda la organización con esta cobarde costumbre de amagar y no pegar. Siguen en el Consejo a pesar del resultado de la encuesta que hicieron en su página web y que por abrumadora mayoría les exige que abandonen sus poltronas de liberados asociativos.

Siguiendo con un símil militar que todo el mundo entenderá, AUGC se asemeja a un ejército que debe tomar una colina bien defendida y artillada. Será difícil tomarla, pero con valentía y tesón puede conseguirse. A buen seguro las bajas serán numerosas (ahora parece que haya quien se asombre de que las haya, como si fuese una novedad impredecible…) pero si se lucha con inteligencia, la victoria es posible. Sin embargo, los defensores de la colina han pedido refuerzos a la aviación, la cual está bombardeando las posiciones de AUGC con toda crudeza y causando numerosas bajas y heridos que deben ser atendidos. A pesar de que la situación es crítica y aconseja replegarse, atender a los heridos y planificar una nueva estrategia, primero defensiva y después ofensiva si hay capacidad, los generales de este ejército –la JDN– siguen ordenando continuar el ataque a la colina, a pesar de que escasea la munición y los víveres, y no hay posibilidad de pedir refuerzos. Sin embargo, siguen arengando estúpidamente a los soldados: "¡Ganaremos esta batalla! ¡Nosotros podemos! ¡No nos rendiremos! ¡Lo conseguiremos! ¡Ánimo compañeros! ¡La victoria es nuestra…!" Pero el ejército está masacrado y lo que hay que hacer es defenderse de los ataques de la aviación. ¡Ni siquiera se había previsto la asistencia sanitaria para los heridos! Un auténtico suicidio…

Es imprescindible detenerse, analizar en profundidad la situación y tomar las decisiones más prudentes entre todos. De no hacerlo, AUGC será aniquilada al igual que sus dirigentes. Y los que no lo sean, será porque hayan callado prudentemente, que es lo mismo que apagar la Asociación y dejarla en “stand by”, dedicada únicamente en consumir sus recursos sin ningún avance para el colectivo.

Estudiar las posibilidades de futuro y prepararse para él.

Es más que probable que el 20-N haya un nuevo Ejecutivo y creo que será la hora de empezar de cero, con posibilidad de interlocución, de influencia y de romper esta dinámica interminable de represión.

Si AUGC es capaz de adaptarse a la nueva etapa que se va a iniciar, es posible que aún se esté a tiempo de salvar a muchos de los que acumulan sanciones y evitar que se tiren al precipicio y que luego todos tengamos que cargar con ellos. Las expulsiones ya empiezan a ser algo más que un argumento intimidatorio. Para evitarlas, los actuales dirigentes deben dimitir cuanto antes y convocar elecciones. La organización debe adelantar el proceso electoral previsto para el 2012 a la vista de la crítica situación y de la imposibilidad de tomar ninguna decisión, como estamos viendo. Y la organización entera, en un proceso congresual global –no hablo de las patéticas asambleas generales, sino de un verdadero Congreso, si es se está en condiciones de organizarlo, que lo ignoro– debe decidir sus prioridades y establecer sus estrategias colectivamente.

Tengamos en cuenta que también el PSOE deberá analizar su derrota, también allí habrá cambios de personas y de ideas, y entonces habrá que volver a comenzar de cero, igual que en 1996. Primero, convencer de lo equivocado de su política en la Guardia Civil y de la necesidad de que haya avances en los derechos y condiciones laborales de la Guardia Civil y un desarrollo adecuado de la Ley de Derechos y Deberes. No es tarea de un día, obviamente, pero ellos tratarán de acercarse a los colectivos que les habrán dado la espalda y les habrán enviado a la oposición. Habrá que conseguir que se comprometan a través del programa electoral. Y así vuelta a empezar el trabajo que ya hicimos en el pasado.

Lo que es verdaderamente inasumible es que la organización continúe dando bandazos, sin estrategia, sin liderazgo, sin consultar ni con los dirigentes provinciales ni mucho menos con las bases, encerrada en sí misma y en la docena de dirigentes que se muestran activos pero inmensamente torpes, muda y atemorizada. Atada de pies y manos y amordazada, como ya denuncié hace algunos meses. Anunciando misas de uniforme que luego se desconvocan porque el fracaso está cantado. Con los máximos dirigentes de baja psicológica y cesados en el destino. Al borde mismo de la expulsión. Sin capacidad de interlocución y sin que les cojan el teléfono siquiera... De mal en peor.

No se les puede pedir más, pero ellos saben perfectamente que ya no dan más de sí y que cuando se canta jaque mate como les ha cantado Rubalcaba, no se puede hacer ningún movimiento más y la partida está irremediablemente perdida. Me recuerdan a un boxeador que está contra las cuerdas, desfigurado el rostro por los golpes, amoratado, agotado físicamente, incapaz de seguir combatiendo. ¿Habrá alguien de su esquina con la suficiente visión para arrojar al suelo la toalla antes de que caiga KO sobre la lona? Al fin y al cabo, se supone que AUGC es algo más y que el proyecto colectivo es más importante que un par de nombres. O eso creíamos, porque realmente ya nadie sabe muy bien qué es AUGC. De lo que un día fue, poco queda. La han destrozado completamente. ¡Enhorabuena!