Hemos visto en no pocas ocasiones a los parlamentarios votando
disciplinadamente el dictado de su partido político en contra de los intereses
de los ciudadanos de su circunscripción electoral. Ahora nos quieren convencer
de que es muy importante y absolutamente vital saber quién encabeza la lista
por Baleares, como si eso fuera a cambiar algo. Pura impostura.
¿Es relevante que el número uno de la lista sea Pablo Martín
o Ramón Socías o Andrés Carles López o Antoni Jiménez? Para los ciudadanos de
Baleares, en absoluto. Para ellos, por supuesto que sí, nadie lo duda. Por eso,
andan a tortazos por el escaño. ¿Qué diferencia habrá para el PSOE o para
Baleares que el cabeza de lista para el Senado sea Antoni Manchado o cualquier otro? El Senado
seguirá siendo una Cámara que no sirve de nada y un gasto ruinoso, traductores
incluidos.
Se está vendiendo la pugna dentro del PSOE como algo normal
en cualquier partido político, pero no es cierto. Es deplorable que anden
acuchillándose en pos del control del aparato del partido y de la poltrona para
el próximo cuatrienio, aunque sea en la oposición. Porque por más que sea el
cabeza de lista por Baleares Martín o Socías o López o Jiménez, ellos seguirán
dándole al botón en las votaciones en el Congreso según indique el diputado que
levanta el brazo y señala con un dedo si hay que votar a favor, con dos dedos
si hay que votar en contra y tres si toca abstención. Como si fueran autómatas,
sin necesidad siquiera de leer lo que se vota. Y si encima no son el partido
con más escaños, como se pronostica, ni te cuento. Que pongan al que quieran,
que eso solo le preocupa al favorecido por el escaño correspondiente. A los
demás, nos trae al fresco, porque lo mismo da uno que otro. Y que no traten de
hacernos creer que hay entre ellos alguna diferencia, porque son idénticamente
inútiles.
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