25 noviembre 2017

MENUDO CACAO CON LA 'MADAME'

Las gravísimas acusaciones que sostienen los abogados Vicente Campaner y José Ignacio Herrero contra el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, investigadores del “caso Cursach”, expanden una sombra de duda brutal sobre la causa que llevan entre manos y que solo pueden disipar los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, pero no quieren. Ni admiten ni inadmiten la querella que Campaner presentó contra el juez y el fiscal. No es plato de gusto para ningún juez investigar si un compañero de carrera se ha pasado al lado oscuro o se ha excedido en sus funciones, pero esta inacción apesta por todos lados. Y además ahora, con este cambio de versión de la testigo protegida 31, (la madama del burdel donde supuestamente policías y políticos iban a tirarse a las chicas a cuenta de Cursach en agradecimiento por los favores recibidos), ya no pueden mirar hacia otro lado, por más que lo pretenda el fiscal jefe Bartomeu Barceló.

El proceder de juez y fiscal los ha podido apreciar todo el que haya visto los vídeos en los que se sostiene la querella. Son elocuentes, pero nadie parece pedirles explicaciones por su comportamiento. Las acusaciones que sostiene Vicente Campaner son verosímiles. Aunque a decir verdad, las palabras de la madama del burdel ni eran de fiar entonces, cuando señalaba a José María Rodríguez y a Álvaro Gijón, ni son de fiar ahora, que señala a sus protectores Penalva y Subirán. Se fio de tener al juez y al fiscal de su parte; hizo lo que ellos le dijeron, supuestamente; confió en que haciéndolo se solucionarían sus problemas judiciales; pero mientras tanto, les grababa y guardaba pantallazos de whatsapp y hasta “post its” que yo me creo tanto como la agenda del burdel. Nada.

Los jueces del TSJ tienen un enorme dilema, porque si admiten la querella deben apartar al juez y al fiscal del caso, cosa que celebrarán los integrantes de la mafia policial. Y si no lo hacen, se arriesgan a que instancias superiores acaben arruinando todo el proceso. Ya se demostró que el traslado de Cursach a una cárcel de la península fue ilegal. Y el Colegio de Abogados apreció “graves ofensas” de Penalva y Subirán a Herrero. Sería catastrófico que al final sean Penalva y Subirán quienes con su proceder, procuren que los integrantes de la mafia policial se vayan de rositas. Y es que el cacao de este caso es ya tan grande, que nadie puede adivinar cómo acabará.

(Publicado en Última Hora)

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