04 noviembre 2017

"ESE SEÑOR"

El magistrado José Castro, ya a punto de poner fin a su dilatada carrera por jubilación, nos obsequió con una extensa entrevista en el programa “Dues voltes” de IB3. Desafortunadamente la audiencia, como viene siendo costumbre en los últimos años en la cadena autonómica, no acompañó al testimonio que se nos ofrecía como merece el personaje, otorgando un exiguo 1,7% de share. En horario de máxima audiencia, se trata de un resultado malo, aunque empatado con la media del canal de ese día. Lo cierto es que siendo la entrevista muy interesante, como interesante es el personaje, el exceso de merengue acabó haciéndolo empalagoso hasta decir basta, cosa que era absolutamente innecesaria.

Más de una docena de personas, entre trabajadores de los juzgados, jueces, fiscales, abogados y periodistas, loaron al juez. Pero igual que ellos lo pusieron por las nubes, también se hubieran encontrado sin dificultad un buen número de testimonios que soltasen pestes. De su mal carácter y de sus comentarios faltones. Sobre todo las decenas de personas a quienes ha tenido imputados en delitos de corrupción durante años, sin importarle las consecuencias, para acabar un día archivando la causa. Imposible no emocionarse cuando habló de que los jueces deberían saber lo que es la cárcel. O estar imputado durante años siendo inocente, señoría. Tampoco se dijo nada de la saga familiar de abogados que siguen sus pasos en el mundo del Derecho, una omisión imperdonable. Ocultar las sombras como se hizo, no parece lo más ético. Se diría que se les fue la mano con tan intensa ‘ensabonada’.


Castro tuvo el arrojo de llamar a declarar a una infanta de España, hija de reyes, hermana del futuro rey y 6ª en la línea de sucesión a la Corona, y de enviarla a juicio con la beligerante oposición de un fiscal, Pedro Horrach, que se comportó como su abogado defensor. Castro se refirió a él como “ese señor”, con un desdén superlativo y devolvió con elegancia, pero muy a destiempo, todos los ataques recibidos de Horrach durante semanas (“nuestra relación terminó”, “que le vaya bonito”). También respondió a la Casa Real, en su discurso al recibir el título de hijo predilecto de Córdoba, las injurias recibidas. Mucho aguantó mientras otros le ponían como un trapo. Ahora todo son alabanzas. Claro. Si Horrach siguiera en la Fiscalía, jamás hubiésemos visto esta entrevista. Ni IB3 ni nadie se hubiera atrevido.

(Publicado en Última Hora)

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