20 mayo 2017

SUBIRÁN EN LA PICOTA

Hasta la fecha, quienes criticaban a los fiscales anticorrupción eran inmediatamente acusados de intentar presionarles y de intenciones espurias. Pero ya se escucharon fuertes críticas contra el fiscal Miguel Ángel Subirán al inicio del caso, provenientes de miembros de la Policía Local de Palma, quienes le acusaban de tenerles inquina por no haber actuado a su satisfacción en contra de un local próximo a su domicilio que le generaba ruido. Ahora que las críticas proceden de miembros de la Policía Nacional nos obliga a valorarlas adecuadamente.

Si los agentes tienen razón en sus quejas elevadas al secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto -figura que se halla en el centro de la polémica en la Operación Lezo, por su reunión con el hermano de Ignacio González-, estaríamos ante un fiscal un tanto histriónico, que se extralimita en sus funciones o que abusa de su autoridad, algo que asusta solo de pensarlo, porque inmediatamente sugiere la posibilidad de que no sea la primera vez que lo hace. Pero también cabe la posibilidad de que sea Subirán quien tiene razón al reprochar a los policías una manifiesta falta de diligencia en protegerle, lo cual no cabe descartar a tenor de las amenazas sufridas. Recordemos que la ahora diputada Teresa Palmer, a la sazón delegada del gobierno, se opuso en octubre de 2015 a su solicitud -y también a la del juez Manuel Penalva- de obtener licencia de arma corta para su protección personal al ser objeto de amenazas. También Palmer reprochó entonces el “tono amenazante” del juez y el fiscal. No han tardado en entrar en escena los ‘supporters’ de cada bando, que son los sindicatos de la Policía y la Asociación Progresista de Fiscales.


El espectáculo es lamentable y aunque el magistrado Fernando Grande-Marlaska ha pedido en Ibiza confianza en los jueces, reconocerán que tal cosa a menudo no es fácil de otorgar. Debe haber una lista enorme de gente con ganas de perjudicar a Subirán por su labor, pero no esperábamos que entre ellos estuvieran los agentes de Policía Nacional a los que el fiscal en excedencia Pedro Horrach alabó no hace ni un mes. Quizás el fiscal superior Bartomeu Barceló debiera tomarse la molestia de intervenir, porque las quejas contra Subirán no son inéditas, sino reiteradas y persistentes. Y si son infundadas, cosa que no se puede descartar, debe actuarse contra quienes han cargado contra él sin razón.

(Publicado en Última Hora)

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