Es verdaderamente inexplicable que el PP de Balears, el del
recientemente elegido presidente, Biel Company, mencione en el Parlament por
boca del diputado Antonio Gómez, el nombre de Jaume Matas. Con el daño que ese
señor les ha hecho a todos y aún hoy les hace. Ellos, que nada tienen que ver
con aquella época y que están a salvo de cualquier sospecha de corrupción, debieran
tener mucha más habilidad política y evitar incurrir en torpezas como la
cometida el martes por el exvicepresidente del Govern, que bien pudo acosar a
su sucesor en el cargo, Biel Barceló, sin incurrir en la temeridad de mencionar
a un expresidente del Govern y exministro de España, condenado por corrupción, que ha estado en la
cárcel, pendiente de juicio por otro montón de causas e investigado en ni se
sabe cuántas.
Afirmar que el palacete de Matas en la calle Sant Feliu de Palma, está
limpio de sospecha, es ignorar lo que ha concluido la Fiscalía Anticorrupción
al respecto: que está más que acreditado un incremento injustificado del
patrimonio de Matas y que pagó numerosos bienes y servicios con dinero opaco de
difícil justificación y origen incierto. Pero eso no basta para proceder
legalmente contra él por blanqueo de capitales y por eso se ha archivado la
causa. Eso no convierte el palacete en un lugar impoluto, ni a Matas en alguien
libre de sospecha. Además, ¿qué falta hace citar a Matas en el Parlament? Decir
que el polémico palacete está más limpio de sospecha que Biel Barceló en el
caso de los contratos menores firmados con el gurú electoral de Més, Jaume
Garau, es un exceso inconcebible. Bien puede el PP refregarle por la cara a
Barceló todo lo que quiera sobre Garau, pero como leemos en El Quijote: “¿Dónde
hallastes vos ser bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado?”
Pero para ahorcado, políticamente hablando, el tambaleante líder de
Podem Illes Balears, Alberto Jarabo, a quien tanto hemos oído criticar el
alquiler turístico y ahora descubrimos que en 2013 y 2014 realquiló a turistas
una casa que él tenía alquilada en Son Serra de Marina. Dice que todo fue legal
y es posible que así sea, aunque habrá que ver si el inmueble estaba dado de
alta como alquiler turístico, pero queda muy feo y es su final como líder
podemita, porque él ha hecho en su día lo que ahora lucha por impedir que otros
hagan. Enhorabuena, Laura. Hay que ver con qué facilidad ha laminado a su
secretario general.
(Publicado en Última Hora)
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