Las escenas vividas en el Aeropuerto de Son Sant Joan el
pasado jueves son deplorables. Como salvajes que no conocieran más Ley que la
suya propia, que normalmente suele ser a base de golpes y gritos, el gremio de
taxistas hace de su capa, un sayo. Su respuesta a la presencia de taxis
piratas, es fastidiar indiscriminadamente a todas aquellas personas que no
contratan a los taxis pirata y en cambio, hacen cola para subirse a un taxi
legal. Así es como ellos agradecen a los clientes su fidelidad. Dado que se
trata de un colectivo que rebosa testosterona y por tanto, habitualmente carbura
poco lo que hace y lo que dice, sus movilizaciones suelen consistir en
perjudicar al prójimo con todas sus fuerzas. Ni preavisos de huelga ni
servicios mínimos. Así las cosas, ya que su política gremial es causar al
conjunto de ciudadanos el máximo perjuicio, como cuando protestan circulando en
caravana para colapsar las calles, que ellos consideran suyas, es legítimo que
estos se defiendan apoyando a las plataformas como Uber o cualquier otro
servicio de transporte que, aunque ellos lo denominen pirata, están lejos de
ser la mitad de piratas que ellos.
Es muy legítimo que pidan más inspección y control, pero lo
que no pueden hacer es comportarse como gorilas, emprenderla a golpes, agredir
a personas y sobre todo, dejar de prestar el servicio que les es propio, sin
aviso previo ni establecer servicios mínimos, como debe hacer todo el mundo.
Desde luego, en cualquier país normal tales comportamientos serían castigados y
a los taxistas que hemos podido ver en televisión actuar de matones, les
volaría la licencia. No será el caso y el Govern se apresta a satisfacerles en
todo, que nunca será bastante. Recuerden que solo hace unas semanas protestaban
contra la puesta en marcha de líneas regulares de transporte interurbano desde
Son Sant Joan hasta los principales núcleos turísticos de la isla. Si por ellos
fuera, prohibirían todo transporte que no sea el suyo.
Yo no me monto en un taxi si puedo evitarlo y como es
evidente, no empatizo con energúmenos que toman rehenes. Dado que ellos han
optado por jorobar a todo el mundo por sistema, como en su día hicieron los
controladores aéreos hasta que los metieron en vereda, animo a todo el mundo a
buscar alternativas al taxi. Así, cuando decidan volver a secuestrar a sus
propios clientes y dejarles tirados, ya no molestarán a nadie.
(Publicado en Última Hora)
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