Compungidos ante el soberbio documento periodístico que
supone la entrevista de IB3 TV a Margalida Sotomayor, condenada a 5 años de
cárcel en el caso Maquillaje-Vídeo U, pareciera que la televisión pública acabase
de descubrir que el enorme recinto vallado que hay en la carretera de Sóller,
junto a la vía de cintura, es un centro penitenciario en el interior del cual
hay más de mil personas privadas de libertad. Nunca antes a nadie le ha
interesado nada de lo que ocurría en la cárcel de la carretera de Sóller, hasta
que una mujer a la que se califica de valiente (pero que mejor cabe considerar
temeraria ya que está en tercer grado y, por tanto, cumpliendo aún la pena
impuesta) ha estado dispuesta a contar su experiencia personal y la de otras
internas, pues casi se le preguntó más por Maria Antònia Munar que por ella
misma. No se le preguntó por otras reclusas como Francisca Cortés ‘La Paca’, ni
por otras condenadas por corrupción, en un tono amarillista y morboso que ya
quisieran para sí Cuatro o Telecinco. Pero no hay mal que por bien no venga, ya
que IB3 habrá visto despertar su sensibilidad hacia la gente privada de
libertad, en especial hacia las mujeres, que cumplen una doble condena sin que
los grupos feministas muevan un dedo. La entrevista habrá indignado a los que
se rasgaron las vestiduras cuando el canal autonómico entrevistó en abril de
2010 a Jaume Matas en un momento en que, pese a la gravedad de las acusaciones,
continuaba gozando plenamente de la presunción de inocencia pues aún no pesaba
ninguna condena contra él. Los garantes de la ética periodística se mesaban los
cabellos y se rasgaban las vestiduras entre alaridos por el atrevimiento de IB3
a emitir una entrevista a Jaume Matas. Cosme Bonet se atrevió a dejar caer el
infundio de que las preguntas estaban pactadas, injuria que tuvo que soportar
la periodista Elena Serra. Años más tarde nadie se extrañó de que Diego Torres
fuera entrevistado en La Sexta por Ana Pastor en vísperas de comenzar el juicio
del caso Nóos. Margalida Sotomayor reconoce que todos aquellos que están en la
cárcel sufren y que la cárcel no sirve de nada. Y además afirma que se vulneran
los derechos humanos de los internos, con vejaciones de palabra, lo cual no es
difícil de imaginar. Pero ¿a quién le importa? Quizás partir de ahora a IB3,
que a buen seguro investigará si lo denunciado por Sotomayor es verdad. ¡Ánimo!
(Publicado en Última Hora)
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