01 octubre 2016

SENSIBILIDAD PENITENCIARIA

Compungidos ante el soberbio documento periodístico que supone la entrevista de IB3 TV a Margalida Sotomayor, condenada a 5 años de cárcel en el caso Maquillaje-Vídeo U, pareciera que la televisión pública acabase de descubrir que el enorme recinto vallado que hay en la carretera de Sóller, junto a la vía de cintura, es un centro penitenciario en el interior del cual hay más de mil personas privadas de libertad. Nunca antes a nadie le ha interesado nada de lo que ocurría en la cárcel de la carretera de Sóller, hasta que una mujer a la que se califica de valiente (pero que mejor cabe considerar temeraria ya que está en tercer grado y, por tanto, cumpliendo aún la pena impuesta) ha estado dispuesta a contar su experiencia personal y la de otras internas, pues casi se le preguntó más por Maria Antònia Munar que por ella misma. No se le preguntó por otras reclusas como Francisca Cortés ‘La Paca’, ni por otras condenadas por corrupción, en un tono amarillista y morboso que ya quisieran para sí Cuatro o Telecinco. Pero no hay mal que por bien no venga, ya que IB3 habrá visto despertar su sensibilidad hacia la gente privada de libertad, en especial hacia las mujeres, que cumplen una doble condena sin que los grupos feministas muevan un dedo. La entrevista habrá indignado a los que se rasgaron las vestiduras cuando el canal autonómico entrevistó en abril de 2010 a Jaume Matas en un momento en que, pese a la gravedad de las acusaciones, continuaba gozando plenamente de la presunción de inocencia pues aún no pesaba ninguna condena contra él. Los garantes de la ética periodística se mesaban los cabellos y se rasgaban las vestiduras entre alaridos por el atrevimiento de IB3 a emitir una entrevista a Jaume Matas. Cosme Bonet se atrevió a dejar caer el infundio de que las preguntas estaban pactadas, injuria que tuvo que soportar la periodista Elena Serra. Años más tarde nadie se extrañó de que Diego Torres fuera entrevistado en La Sexta por Ana Pastor en vísperas de comenzar el juicio del caso Nóos. Margalida Sotomayor reconoce que todos aquellos que están en la cárcel sufren y que la cárcel no sirve de nada. Y además afirma que se vulneran los derechos humanos de los internos, con vejaciones de palabra, lo cual no es difícil de imaginar. Pero ¿a quién le importa? Quizás partir de ahora a IB3, que a buen seguro investigará si lo denunciado por Sotomayor es verdad. ¡Ánimo!

(Publicado en Última Hora)

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