Con la humildad que le caracteriza, el expresident del
Govern José Ramón Bauzá ha
confirmado que “los grandes del turismo de toda España, no solo de los
hoteleros, ni solo de Balears”, le han llamado para que sea ministro. Bauzá se
siente honrado y es fácil imaginar que también abrumado de que “unas personas
que buscan grandísimos gestores piensen en mí”. Que el senador Bauzá cuenta con
el favor de los hoteleros está fuera de toda duda, pero desafortunadamente para
él y para los grandes del turismo, los ministros de España los nombran los
presidentes del Gobierno, como él nombraba a los consellers del Govern. No estaría
de más saber si es Bauzá quien busca apoyos del sector turístico para que le
hagan ministro, o si es el sector turístico quien quiere tener de ministro del
ramo a Bauzá, porque la diferencia es sustancial. Pero esto de enseñar la
patita para que le hagan a uno ministro por el amor de Dios, que aquellos que
buscan grandísimos gestores -en superlativo- piensan en mí, no vas a encontrar a
nadie mejor Mariano, es un tanto patético. Recuérdese el apotegma “Quien entra
Papa en el Cónclave, sale cardenal”. Bauzá tampoco ha caído en la cuenta de que
ministerio de Turismo como tal, no ha habido nunca, y podría suceder que, en
lugar de hacerle ministro, le hicieran secretario de Estado, lo que sería un
chasco y defraudaría sus expectativas. Al fin y al cabo, sería denigrarle a ser
sucesor de Joan Mesquida y de Isabel Borrego. “En lloc de esmolar, feim osques”, perdonen por esta segunda
paremia. Quizás no le convenga al exalcalde de Marratxí que su trayectoria
política se parezca tanto a la del único balear que ocupó una cartera
ministerial y que anteriormente fue presidente de Balears, Jaume Matas.
Me acuso de chovinismo. Siempre será mejor que haya un
balear sentado en el Consejo de Ministros a que no lo haya. Pero no todo el
mundo piensa igual y tan pronto se conocieron las aspiraciones del senador por
Balears, saltó Biel Barceló, vicepresidente
del Govern y Alberto Jarabo, líder de
Podem, a poner a caldo a Bauzá y a decir que sería nefasto que fuera ministro. Nefasto
es tener a una presidenta del Parlament que se va de vacaciones aprovechando un
viaje oficial para ahorrarse un billete de avión. Nefasto y vergonzoso. Casi
tanto como ver a Bauzá implorando un ministerio. Pero ni Barceló ni Jarabo han
abierto la boca sobre Huertas y su viaje a Roma.
(Publicado en Última Hora)
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