La parodia de comisión parlamentaria de investigación sobre
el sobrecoste de las autopistas de Ibiza, en su primera sesión de
comparecencias, ya nos ha dejado imágenes y momentos que pasan por derecho
propio a incorporarse a la galería de momentos ilustres de la Cámara balear,
sección vergüenza ajena. Fue llamada a comparecer ante el sanedrín la
exconsellera de Obras Públicas, Mabel
Cabrer, que además fue portavoz parlamentaria del Grupo Popular, por si
acaso el desgarbado diputado de Podem, Aitor
Morrás, se creía que podía torearla a su antojo sin que ella le pasara un
pitón cerca del hocico. Cabrer tuvo que soportar que la excandidata de Esquerra
Unida, Marisol Ramírez, se
comportara como una energúmena en un bar de Palma y la increpase de mala forma,
pero la exconsellera no se quedó callada. Aitor Morrás debió tomar nota de
aquel antecendente y no pretender humillar a Cabrer o hacerla callar cuando no
le gustaban sus respuestas. Siendo un político neófito de limitadísimas
cualidades, desmañado y de paupérrima dialéctica, hace falta ser muy engreído
para creerse que iba a poder chulear a Cabrer y que los diputados del PP como Miguel Jerez o Toni Camps iban a quedarse de brazos cruzados. Si los diputados de
Podem Eivissa quieren emular a David
Abril o Fina Santiago en sus
magníficas interpretaciones de Perry
Mason y Jessica Fletcher en la comisión
de Son Espases, al menos deben ponerse a la altura interpretativa de los de
MÉS, que es notoriamente más elevada que la suya, seguramente por los años de
práctica.
“¿Tiene usted miedo a que le pueda ser aplicado el Código
Penal por las declaraciones que haga en esta comparecencia?”, espetó Morrás a
Cabrer. ¿En qué contribuye dicha pregunta a la finalidad de la comisión de
investigación, que es determinar por qué se produjo el sobrecoste en la
construcción de las autopistas de Ibiza? ¿A quién le puede interesar si Cabrer
tiene miedo o tiene risa? Quizás Morrás se creía que ella palidecería presa del
pánico y se echaría a llorar, pero comoquiera que ella contestó “ningún tipo de
miedo”, entonces la interrumpió y ya no la dejó explicarse más. “Estamos dando
un espectáculo”, dijo con gran sinceridad y realismo el presidente de la
comisión, Vicenç Thomàs, el único
que se comportó dignamente. Morrás cuando interroga recuerda al sheriff Clarence Wiggum. Todo un espectáculo
deplorable que no ha hecho más que comenzar.
(Publicado en Última Hora)
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