25 junio 2016

UN BUEN AFINADOR

Gracias a las continuas apelaciones a la independencia de la Fiscalía oídas durante el juicio del caso Nóos y aún antes, nos habíamos convencido de que tal cosa fuera real y que su única motivación era la defensa de la legalidad. Pero esta semana descubrimos al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, revelándonos la auténtica misión del Ministerio Fiscal: afinar. El ministro ha sido grabado secretamente en su propio despacho haciendo lo que se le supone a todo titular de Interior, usando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad –y a sus servicios de información– a su conveniencia y la de su partido. Confabulando a lo grande junto al jefe de la Oficina Antifrau de Catalunya, Daniel de Alfonso, al que oímos en un tono algo más que sumiso, terminando casi cada frase con un “¡a tus órdenes, ministro!”. Vamos, lo que viene siendo practicar la guerra sucia, que es lo que se ha hecho toda la vida en el Ministerio del Interior. Reconozcamos que el actual ministro demuestra especial torpeza porque ya lo de aquella reunión que mantuvo en su despacho con Rodrigo Rato fue algo propio de un tipejo absolutamente incompetente y carente de escrúpulos, por más del Opus Dei que se proclame o quizás justamente por eso. Pero no nos rasguemos las vestiduras porque ¿acaso esta será la primera vez que el aparato del Estado tritura a un rival político, incluso a un partido entero? Fernández Díaz es incapaz de inventar nada y seguramente se limite a hacer lo que han hecho todos sus antecesores: utilizar los ingentes medios del Estado, tanto personales como técnicos, en su propio beneficio político y en el perjuicio de sus contrincantes.  ¿Alguien se acuerda de la polémica por el sistema de escuchas telefónicas (más conocido como SITEL) con las que se acusaba al entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de espiar a todo quisqui? ¿Acaso fue desmantelado? Este lamentable episodio ha dejado en evidencia a lo que se dedican realmente las oficinas antifraude y anticorrupción que surgen ahora como hongos en las autonomías: organismos dedicados a la inquisición más repugnante, generadoras de dosieres con motivación política para acabar con los rivales. En Balears la Ley que regulará la oficina anticorrupción ya está en el Parlament, pero sus impulsores no se acaban de poner de acuerdo en quién será el inquisidor general. Igual ponen a un fiscal con gran experiencia en afinación. 

(Publicado en Última Hora)

No hay comentarios: