11 junio 2016

LA MANGUERA DE LOS BOMBEROS

Incluso entre las bandas mafiosas hay cierto código ético y líneas rojas que no hay que traspasar nunca para que la coexistencia sea pacífica y sin molestias innecesarias. También los delincuentes necesitan tranquilidad y hay que cumplir ciertas normas. Una de ellas, importantísima, es la de no molestarse innecesariamente en el ejercicio de su labor. “Entre bomberos no hay que pisarse la manguera”, como se dice coloquialmente. Es por ello que resulta absolutamente normal y comprensible que el concejal de Palma Aligi Molina, delincuente convicto, confeso y autodeclarado insumiso y rebelde a la hora de pagar una multa por una sentencia judicial firme, se muestre condescendiente con otros supuestos delincuentes como él. ¿Cómo no va a empatizar con ‘okupas’ si él lo fue primero? ¿Cómo censurar a quienes se apropian de bienes ajenos a través de impedir que sus legítimos propietarios hagan con ellos lo que consideren más conveniente, cuando él mismo invadió un despacho de forma nada  pacífica? ¿No resulta paradójico que a cualquier trabajador público del Ajuntament de Palma para serlo se le exija carecer de antecedentes penales y sin embargo toda una autoridad municipal pueda tenerlos, presuma de ello y no pase nada? Este émulo Martin Luther King, cuenta con el apoyo del equipo de gobierno de Cort, cuya portavoz en su día se mostró orgullosa de los actos de Aligi como ahora debe sentirse de la acción de los ‘okupas’ en la plaza Fleming. De ahí que el alcalde José Hila eluda criticarlos, ni a aquellos ni a su concejal de Igualdad, Juventud y Derechos Cívicos.

Estamos ante un gobierno municipal que se complace en todo el que demuestra desprecio por la Ley y que denosta a quienes la cumplen. No se dan cuenta de que así promueven la aparición de más okupas y más delincuentes. Quién sabe si un día será el despacho de Molina el ocupado por la fuerza. O su propia casa. Parece que lo pida a gritos. Bien pensado, no entiendo por qué los ciudadanos de Palma ponen el ticket de la ORA, o pagan antes de sacar su coche de los aparcamientos municipales, o se sacan el carné correspondiente  para nadar en las piscinas de Son Moix, o pagan el autobús de la EMT, e incluso las multas que les pone la Policía Local. Leí hace unos días un tuit de ‘Som Palma’ que decía que “la persecución policial no es la solución a la venta ambulante”. ¿Ven como entre bomberos no se pisan la manguera?

(Publicado en Última Hora)

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