Tenemos la fortuna de vivir en una isla donde aún hoy, como
hace 40 o 50 años, se respira un aire de libertad y tolerancia muy superior a
muchos otros lugares de nuestro país y del mundo. Los delitos de odio, aquellos
cometidos contra las personas o la propiedad por cuestiones de raza, etnia,
religión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, género, situación
de pobreza o por factores similares, son realmente escasos en Ibiza, lo cual es
una bendición en un mundo donde este tipo de delitos aumentan de forma
preocupante.
Esta semana en Eivissa se celebra el Ibiza Gay Pride 2016,
un evento que visibiliza al colectivo LGTBI y que además de fiestas en diversas
discotecas, también ha programado exposiciones, la presentación de un libro,
una obra de teatro y otros actos culturales que esperemos vayan poco a poco
ganando aún más peso en su programación. Durante la lectura del pregón, que
corrió a cargo de la vicepresidenta 2ª del Consell d’Eivissa, Marta Díaz destacó
muy acertadamente que hace algunos días apareció asesinado en Honduras el
activista LGTB René Martínez. Desapareció días antes, su cuerpo sin vida
apareció con síntomas evidentes de haber sido torturado. Esta es la triste
realidad de muchos integrantes de la comunidad LGTB en todo el mundo,
condenados a vivir aterrorizados, sin poder vivir libremente su sexualidad ni
desarrollarse plenamente como seres humanos y arriesgando su integridad física
si son descubiertos, pues aún son muchos los países que castigan severamente la
homosexualidad, algunos hasta con pena de muerte. Quizás haya quien no le de
importancia a la libertad de la que gozamos, pero no es mi caso. Me siento muy afortunado
de ser gay en Ibiza, de poder celebrar el Orgullo sin ningún temor y viendo cómo
las instituciones y los partidos de forma unánime le dan su apoyo.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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