14 mayo 2016

HAY MUCHOS BERNADS Y PINEDAS

Los cabecillas del “sindicato” Manos Limpias y de la “asociación de consumidores” Ausbank, que a decir de todos los indicios eran auténticas tapaderas para delinquir con impunidad y, encima, tener apariencia honorable y buena reputación, están en prisión provisional. Miguel Bernad y Luis Pineda actuaban presuntamente extorsionando a personas contra las que presentaban denuncias y querellas, y a cambio de la obtención de grandes sumas de dinero se ofrecían a retirarlas y librarles de la espada de Damocles que supone un juicio. Muchos pagaron pero otros no sucumbieron, aunque no sabemos qué tal les fue. Según la RAE extorsiona el que ejerce sobre alguien presión “mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener así dinero u otro beneficio”. El Código Penal concreta aún más y dice que comete delito de extorsión “el que, con ánimo de lucro, obligare a otro, con violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o del de un tercero”.


Esta semana se tenía que celebrar en la Audiencia el juicio por la pieza separada nº 10  del ‘caso Voltor’, que finalmente se ha despachado con un acuerdo de conformidad. Los principales acusados se enfrentaban a importantes penas de cárcel por parte de Anticorrupción y de la empresa Cubic, que presentó una denuncia en 2009 al considerarse perjudicada en un concurso que no ganó, aunque finalmente tampoco lo ganó la empresa denunciada, ya que se anuló la adjudicación. Cubic pedía penas de prisión más altas incluso que la Fiscalía y se llevará una buena pasta tras el acuerdo. Pero interesa destacar que en los escritos de acusación, la Fiscalía siempre imputó el delito de malversación, el más grave y gracias al cual las penas de prisión que se pedían eran sustanciosas. Sin embargo y solo tras la conformidad, el fiscal retiró la acusación por la malversación al apreciar que no concurría el delito. Entonces, si no concurría y nunca concurrió, ¿por qué se estuvo acusando de malversar durante años? Para forzarles a aceptar penas menores y a pagar para librarse de un juicio que podría llevarles a la cárcel. ¿No se parece mucho a lo que presuntamente hacían Bernad y Pineda? No sé. Y este no es un caso extraordinario sino muy común, porque ya apenas vemos juicios y sí muchos acuerdos de conformidad, con gente dispuesta a firmar lo que sea y a pagar para acabar con los problemas judiciales.

(Publicado en Última Hora)

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