28 mayo 2016

COMO UN CLÍNEX

El juez José Castro debe estar convencido de que Manos Limpias y Ausbanc son víctimas de una estrategia diseñada para cargarse a ambas entidades y librar a Cristina de Borbón de la Justicia. Solo así se entiende su esfuerzo –que ha resultado estéril tras el informe de la Fiscalía y la decisión del juez Santiago Pedraz– por intentar vincular una propuesta para reunirse secretamente con el abogado de la infanta, Miquel Roca, con una celada contra Manos Limpias. Como la reunión no se materializó, aventurar qué se pretendía en el hipotético encuentro resulta un ejercicio inútil e irrelevante.
El veterano magistrado debe sentirse mal, quizás por saberse utilizado por Manos Limpias, pero debe consolarle saber que él ha obrado siempre guiado por su conciencia, sin otro objetivo que el cumplimiento de su deber y su labor jurisdiccional. Al fin y al cabo si ha sido utilizado como parece, no ha sido el único. Más razón tendrá la abogada Virginia López Negrete de sentirse como un clínex. Consta que Luis Pineda, presidente de Ausbanc, solo quería de ella “que se coma la sesión” refiriéndose al interrogatorio a la infanta Cristina durante el juicio. “No se la puede dejar ese minuto de gloria coño, no se la puede dejar, hay que anularla, además de vez en cuando hasta humillarla un poco, haga lo que se la mande, porque cada vez que hace algo que no se la manda me mete en un lío, porque parece que es torpe, corre esa voz”, se despachaba Pineda por teléfono contra la avezada abogada.

Lo que se va conociendo tras el levantamiento parcial del secreto sumarial del caso, que tiene en prisión preventiva a los presidentes de ambas entidades, es escandaloso porque dos entidades de corte mafioso han estado utilizando los resortes de la Justicia para forrarse denunciando compulsivamente a todo cristo. Según la UDEF, Ausbanc –que por cierto, era como una entidad sin ánimo de lucro, como el Instituto Nóos de Iñaki Urdangarin– se embolsó 39 millones de euros en una década y más de 5 millones en subvenciones públicas. Pero como todo el mundo sabe o debiera saber, a cada cerdo le llega su San Martín y quien a hierro mata a hierro muere. El abogado Manuel González Peeters, defensor de Diego Torres, podrá ejercer la acusación popular junto a Podemos, el abogado Emilio Rodríguez Menéndez y su asociación “Pro Justicia siglo XXI”. La venganza se sirve fría y ya veremos quién acaba en la papelera.

(Publicado en Última Hora)

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