04 agosto 2015

FESTIVAL DE GROSERÍAS


Si en una mesa donde hay 20 personas almorzando y uno de ellos empieza a hacer cosas de mal gusto (como sorber ruidosamente la sopa o comer con las manos o masticar con la boca abierta, por poner algunos ejemplos) y ninguno de los que se comporta correctamente y evita incurrir en semejantes faltas, le llama la atención de alguna forma -normalmente por vergüenza-, al cabo de algunos minutos serán 5 o 6 los que estarán haciendo el guarro en la mesa. Es inevitable. La mala educación se contagia casi tanto como el Évola.

Esto es precisamente lo que está sucediendo, que estamos ante un festival de la mala educación y la grosería protagonizada por algunos representantes políticos de la ciudadanía, lo que por extensión acaba salpicando no solo a sus propios votantes, sino a todos los que ellos representan aún sin que les hayan votado.

Así, tenemos a diputados autonómicos que van al Parlament en pantalón corto, otros que directamente van con la camisa por fuera cuando no llevan su camiseta “reivindicativa” que a mí más me parece ir disfrazado y haciendo el ridículo, pero cobrando. Ayer mismo el diputado Baltasar Picornell, alias Balti, se hizo un selfie desde su escaño y tuiteó la foto para dar publicidad a su camiseta anti monarquía con el hashtag #FelpiNoEtsBenvingut, lo cual resulta bastante patético por la camiseta en sí (ridícula y poco original), pero aún más porque sea él mismo quien la retuitee pues ningún cronista parlamentario habría dado cuenta de semejante cutrez.

Como nadie les dijo nada cuando comenzaron a ser impertinentes y muchos les rieron las gracias, ahora tenemos a la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, que a la salida de la audiencia con el Jefe del Estado da cuenta con pelos y señales de la conversación mantenida con él durante la audiencia concedida en el Palau de Marivent, lo que constituye como poco una falta de discreción. Eso dejando de lado que lanzó una propuesta que no cuenta ni con el soporte del Pleno del Parlament ni tampoco de la Mesa, por lo que hay que atribuir la ocurrencia a iniciativa propia y personal de la presidenta, quien parece haber perdido de vista que es la segunda autoridad de Balears.

Para rizar el rizo, David Abril (que ya no lleva las originales camisetas reivindicativas que acostumbraba cuando gobernaba el PP, pero se pone unas camisas aún más horribles), escribió en su blog una carta para justificar los motivos por los que el grupo Més no acudirá mañana a la audiencia que los Reyes ofrecen a representantes de la sociedad mallorquina en el Palau de la Almudaina. Como yo soy respetuoso con cualquier opinión política, no entraré a valorar los motivos que expone el diputado de Més para rehusar la invitación, aunque podría y quizás otro día lo haga. Sin embargo, como me niego a seguir disimulando más las faltas de educación, sí creo que la misiva de David Abril es criticable por cuanto tutea a una persona que no conoce y que además, es mayor que él, lo cual es una grave falta de respeto, más allá que el destinatario de la carta sea el Rey de España o el más miserable de los habitantes de este país. Hablar de usted a un desconocido, aún más si es de mayor edad, es lo correcto y lo procedente. Y hasta donde yo sé, la invitación cursada por Casa Real no incluye el tuiteo, con lo que más obligado es responder con al menos el mismo tratamiento que el recibido.

La buena educación se tiene o no se tiene, pero porque uno sea republicano o independentista o el más recalcitrante de los conservadores, no tiene por qué dejársela en casa. Si la tienen, úsenla. Si no la usan será porque no la tengan y en ese caso, tendremos que seguir sufriendo sus groserías, pero yo no pienso hacerlo en silencio. A ver si al final acabará todo el Parlament hurgándose las narices en público y los demás callados, haciendo como si no viéramos nada, cuando lo están haciendo mientras nos representan. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

(Publicado en mallorcadiario.com)

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