Estos días nos hemos visto obligados a soportar estoicamente
un ejercicio de burda propaganda
bochornoso, patético y en gran parte humillante para los miles de policías
locales, policías nacionales y guardias civiles. De alguna forma se ha tratado
hacer creer a la opinión pública que la mera presencia en las calles de
Palmanova y Magaluf de dos agentes de policía británicos uniformados, los
‘bobbies’ Anderson y Williams, bastaría por sí sola para disuadir a los
turistas británicos de incurrir en comportamientos incívicos por parte de “una
minoría que tiene problemas”, a decir del embajador británico en España,
refiriéndose a los turistas que no se comportan como es debido, digamos que por
los “problemas” que cabe atribuir al alcohol y las drogas. El espectáculo de
los dos agentes simulando estar patrullando, rodeados de guardias civiles y
seguidos por una cohorte de periodistas detrás, ha sido digno de Benny Hill.
Los Monty Python no habrían sido tan delirantes.
El coronel jefe de la Guardia Civil de Baleares, Jaume
Barceló, exultante de gozo proclamó que la pareja de superagentes habían
intervenido “magníficamente” en un caso de violencia de género. Dejando de lado
que en España los ‘bobbies’ no cuentan con ninguna autoridad, que se sepa,
nadie recuerda que el coronel Barceló haya proferido semejantes elogios para
alguno de los agentes que están bajo sus órdenes. Dado que es tanta la
profesionalidad y la capacidad resolutiva de una pareja de policías británicos,
no estaría de más que les dejen echar una ojeada al expediente del atentado
terrorista de Palmanova o al de la desaparición de Malén Ortiz. Aseguraría
que Anderson y Williams, si gozan de los
superpoderes que sin ningún recato se les atribuyen por parte de las
autoridades policiales, resolverán con presteza ambos casos.
No se puede decir que hayan gastado las suelas de los
zapatos, “patrullando” un rato por la mañana y otro por la tarde, sin tan
siquiera visitar de noche Punta Ballena. Y mientras aquí nuestros políticos se
felicitan por la llegada de los dos superhéroes de Birmingham, allí los medios
sensacionalistas difunden el capcioso mensaje de que hay tanta delincuencia en
Mallorca e Ibiza y es tanta la incapacidad de la Fuerzas de Seguridad de
solucionarlo, que el Reino Unido envía sus propia policía para que proteja a
los turistas y de paso enseñe a los españoles cómo actuar. De vergüenza.
(Publicado en Última Hora)
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