10 marzo 2014

BAUZÁ NO ENTIENDE NADA


En poco más de media legislatura, el presidente José Ramón Bauzá ha dinamitado y hecho saltar por los aires su imagen de persona moderada y dialogante de la que tanto presumía y con la que nos embaucó a muchos ciudadanos en su discurso de investidura. Bauzá ha pisoteado buena parte de sus compromisos electorales –como el IVA turístico o la bajada de impuestos, o no gastar lo que no se tiene, o buscar acuerdos en materia educativa para garantizar la pervivencia del modelo, o la seguridad jurídica– y una vez triturado el contrato suscrito con la ciudadanía, se ha sumergido en el autoritarismo más rancio y despótico con el argumento de que quien gana las elecciones está legitimado para hacer lo que quiera. Así, el Parlamento es un lugar que no merece tal nombre y la política se ha convertido algo inexistente, donde 59 diputados no escuchan y no parlamentan, limitándose a descalificarse con expresiones barriobajeras.

Pero de todo lo que está sucediendo lo más preocupante es que Bauzá se ha convertido en un iluminado que cree estar encima del bien y del mal, también por encima de la Justicia, y que no entiende nada porque solo considera digno de reflexión su propio criterio y no busca entender a los demás. En los últimos meses no lo oculta y nos estamos acostumbrando a oírle decir que no entiende.

El 11 de mayo del año pasado, en un acto de partido en el Club Náutico de Palma, dijo: “Yo no puedo entender ni concibo que alguien se oponga al trilingüísmo, para poder conocer bien el catalán, castellano e inglés”. El 27 de enero de 2014 en el Consolat de Mar dijo: “No entiendo cómo puede haber alguien al que le va mal que no se pueda utilizar la política en los espacios públicos”. En Valladolid, durante la Convención del PP celebrada el 1º de febrero de este año dijo: “No entiendo tanta oposición al TIL cuando Balears lidera las listas de abandono y fracaso escolar”. Y más recientemente, este domingo pasado, en una comida del PP de Sa Pobla Bauzá manifestó no entender el revuelo causado por sus palabras sobre reducir a la mínima expresión el Consell de Mallorca, precisando que debe hacerlo toda la administración en la medida que sea posible.

Cuando José Ramón Bauzá dice que no entiende algo, denota un alejamiento de la realidad y un mesianismo preocupante, ratificado por el hecho de que todo diálogo con la oposición, sindicatos y otros interlocutores sociales está roto, excepto con la patronal. Bauzá es un president alejado de la realidad que no entiende por qué es criticado y como respuesta ante esta contrariedad decide alejarse de los ciudadanos, a quienes considera imbéciles por no aceptar dócil y sumisamente su superior parecer y sus directrices como ganador de las elecciones, que a su juicio deben asumirse casi como designación divina. Sin embargo, Bauzá no puede ir por la calle sin que la gente le increpe y le abuchee e incluso rehuye los actos de su propio partido en la vía pública, como la torrada del PP de Palma en Sant Sebastià y se refugia en actos en locales cerrados y a poder ser donde solo haya militantes del PP.
 
La pregunta que cabe hacerse es ¿ha intentado Bauzá, como presidente de todos los baleares, ponerse en el lugar de los demás? ¿Ha intentado entender las razones de su discrepancia? ¿Ha hecho un esfuerzo por empatizar? La respuesta es no, porque de otro modo entendería el malestar de muchos ciudadanos, aunque no lo compartiera. Se puede tener visiones políticas contrapuestas, pero no por ello uno manifiesta de continuo que no comprenden a los que no tienen la suya propia. Cuando Bauzá se refugia en el “no entiendo” sencillamente hace gala de alguien que cree que su criterio es el único válido, el único lógico, el único al que el sentido común acompaña. Y a partir de aquí se entiende a la perfección por qué continuamente alude a su victoria electoral. Luego, la nula aceptación de la función de control del Parlament, el desprecio a los medios de comunicación que preguntan, la no existencia de la más mínima diferencia entre los poderes ejecutivo y legislativo, deviene todo uno.
 
Bauzá no entiende nada y convendría que ya que es el presidente de todos, tratara de entender por qué hay gente que no entiende que su opinión y sus decisiones son las únicas válidas sobre el orbe. Quizás si bajara de la nube y volviese a pisar tierra firme, si hablara con la gente, si esencialmente escuchara, las cosas serían distintas y empezaría a entender algo. Aunque quién sabe si quiere entender.
 

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