31 agosto 2013

ECHARLE LA CULPA AL EMPEDRADO


Si el Consell finalmente tiene que indemnizar con 13 millones € a FCC por la compra de Son Puig, que debía haber sido la sede de TV Mallorca, será gracias a  Rodrigo de Santos, teniente de alcalde de Urbanismo de Catalina Cirer, que denegó pertinaz y caprichosamente las licencias de obras para rehabilitar la finca, fiel a su estilo de torpedear todo proyecto ajeno por la vía de no conceder las licencias. Afirma el actual conseller insular de Presidencia, Jaume Juan, que es una barbaridad que TV Mallorca comprara Son Puig ya que “en ningún momento ha servido para lo que tenía que servir y que no se tomaran las medidas adecuadas para saber lo que se compraba”. Omite maliciosamente y así lo ha dicho la Justicia, que existían informes favorables del Servei d’Urbanisme del Departament del Territori del Consell sobre su adecuación arquitectónica y del doctor en economía de la UIB Antonio Serra Cantallops sobre la propuesta económica. Ambos informes concluían que la oferta técnico-económica del licitador era viable y ajustada a los requisitos exigidos en el Pliego de Cláusulas.
 
En dos ocasiones se han pronunciado los tribunales sobre la compra de Son Puig y en ambas ocasiones se constató su legalidad y que FCC ofreció soluciones técnicas viables que contaron con el visto bueno de la Comisión de Centro Histórico y del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales. Pero la gerencia de Urbanismo, ya en enero de 2008, siendo alcaldesa y regidora del área en cuestión Aina Calvo, volvió por enésima vez a denegar la licencia. Calvo es, por tanto, la segunda gran responsable de esta ruina. Por más proyectos que se presentaron el Ajuntament de Palma no concedió las licencias de obras. Primero fue el PP y luego el PSOE. Dice la Audiencia Provincial que FCC “procuró el cumplimiento de sus obligaciones contractuales con numerosos e infructuosos esfuerzos unilaterales ante la administración municipal”. Y es por ello que los Tribunales condenaron a TV Mallorca a pagarle 13 millones.
 
Cuando Marisa Goñi, con el respaldo de Francina Armengol, rescindió el contrato con FCC cavó la tumba de TV Mallorca. Y María Salom ofició unas exequias de lujo, incluyendo el archivo de RTV Mallorca, que tendrá que pagar. Si lo quería para el Consell, habérselo pensado antes de acordar su cierre. Con semejante panorama ya se entiende que hagan como el cojo, que siempre le echa la culpa al empedrado.

(Publicado en Última Hora)

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