Al fin un gobierno municipal que habla claro y que reconoce su total incapacidad para solucionar los problemas de los ciudadanos. Tanta sinceridad es muy desconcertante. Estamos acostumbrados a que nos mientan, a que digan que se atienden diligentemente nuestras quejas, que se escuchan nuestras demandas, que se investigan nuestras denuncias, etc. Pero oír con toda la sinceridad del mundo, a bocajarro y sin anestesia, de boca del regidor de Seguridad Ciudadana, Guillermo Navarro, que la mayoría de quejas por ruidos no eran atendidas por falta de personal y por no ser consideradas prioritarias por la Policía Local de Palma, es asombroso.
No es que no lo supiéramos. Era algo tan fácil de comprobar
como llamar al 092 y pedir que una patrulla acudiese a comprobar un episodio de
ruidos. La retahíla de excusas que el policía, al otro lado de la línea,
acababa poniendo eran tan ridículas que uno acababa pidiendo perdón por haber
llamado. Era imposible que atendiesen tu llamada. Por falta de personal y
porque tenían otros servicios de mayor prioridad, no importa. Cabe preguntarse
si el hecho de que un ciudadano pague sus impuestos religiosamente y solicite
un servicio determinado a la Policía Local puede desatenderse bajo la excusa de
la prioridad. Doy por hecho que si el incidente tuviese lugar bajo el domicilio
del señor Alcalde, la prioridad se incrementaría y sería atendido por los
agentes municipales y eficientemente solventado. Y podría escribir media docena
de servicios policiales que a cualquier ciudadano afectado por un problema de
ruidos le parecerán objetivamente menos importantes que el suyo.
El regidor Navarro, que compareció junto al jefe de la
Policía Local, Antonio Vera, explicó que quieren prestar más atención a partir
de ahora a este tipo de denuncias por ruido. Lo celebro. Pero a la vez hubiera
estado muy bien una explicación del por qué de su desidia hasta ahora. Cuesta
creer que con dos agentes específicamente destinados a estas quejas vecinales
pueda erradicarse el problema en una ciudad como Palma, a la vez se pregunta
uno a qué se dedica habitualmente la UMA, Unidad de Medi Ambient, si no es a
las mediciones de ruidos.
Palma es una ciudad ruidosa en exceso porque el Ajuntament
de Palma y la Policía Local no ha hecho nada, o ha hecho muy poco, para hacer que
la Ley se cumpla. Las campañas aleatorias de medición de ruidos en los
ciclomotores y motocicletas son urgentes. Los vehículos que circulan con la
música a toda potencia con equipos musicales que no tienen muchas discotecas,
son algo muy común. No hace falta cambiar la ordenanza sino simplemente que los
agentes de la Policía Local la hagan cumplir.
(Publicado en Ciutat.es: http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/8801-la-policia-local-no-lucha-contra-el-ruido)
(Publicado en Ciutat.es: http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/8801-la-policia-local-no-lucha-contra-el-ruido)
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