02 agosto 2013

UN PRESIDENTE BAJO SOSPECHA


Mariano Rajoy es un presidente sobre el que pende una amenaza muy seria que él en absoluto no despejó en su comparecencia ante el pleno del Congreso de los Diputados. Las acusaciones vertidas por Bárcenas, relativas a la financiación ilegal del Partido Popular, deben ser probadas. Y parece que la prueba está en camino, porque Luis “el cabrón”, que es así como llamaban a Bárcenas el resto de miembros de la trama Gürtel, ha entregado múltiple documentación al juez Pablo Ruz y pronto veremos qué hay de cierto en todo ello. Pero Rajoy niega cualquier acusación e insiste en defender la presunción de inocencia, aunque él declaró en la tribuna de oradores que Bárcenas era un “falso inocente”, triturando la presunción de inocencia a la par que la invocaba para él mismo.

Las magistradas de la Audiencia Provincial del caso Scala que han juzgado y condenado a Josep Joan Cardona han dado verosimilitud a las declaraciones de otra imputada, Antònia Ordinas, porque las anotaciones que esta hacía habitualmente dan credibilidad a sus acusaciones. Dice el Tribunal en la sentencia: “Especial mención ha de hacerse en relación a sus notas manuscritas, como hemos expuesto en este Fundamento, pero ahora reiteramos. Se realizan en tiempos no sospechosos de mala relación con el Sr. Cardona y, a no ser que la Sra. Ordinas tuviera una mente tan preclara y maravillosa que pudiera adivinar que se iba a producir su detención, apertura de procedimiento judicial e ingreso en prisión, tiempo después de escribirlas”. Fácilmente pueda suceder algo muy parecido con la documentación de Bárcenas, los conocidos como “papeles de Bárcenas”, la contabilidad B del Partido Popular.
 
Rajoy no ha ofrecido ninguna explicación a los sms que envió a Bárcenas cuando ya se sabía que aquel tenía cuentas millonarias en Suiza. Los mensajes de ánimo y de fortaleza sólo tienen un razonamiento lógico: conminar a Bárcenas a no tirar de la manta. Pero no lo logró. Son especulaciones, es cierto, especulaciones que Rajoy no logra arrumbar con unas explicaciones convincentes que no está en disposición de ofrecer. No ha convencido a nadie, excepto a su bancada. Los 185 diputados del Partido Popular continúan creyendo a su líder y no necesitan que las dudas que atenazan a la oposición y a buena parte de los ciudadanos de este país sean despejadas. Sin darse cuenta, atan su futuro al de Rajoy, irremisiblemente encadenado a Luis Bárcenas por mucho tiempo. Todo el que dure la investigación judicial. ¿Puede un país como España tener a un presidente del Gobierno y a un buen número de los líderes del partido que lo sustenta, embarrados con sospechas de corrupción, cobro de sobresueldos y financiación ilegal? ¿Esta es la estabilidad que ofrece Rajoy a la maltrecha economía española? 
 

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