19 noviembre 2011

FISCALES CON DELINCUENTES



Todos los sistemas jurídicos han castigado con severidad el homicidio. Así lo imponía la razón humana de modo natural. Cualquiera que quitara la vida a otro debía sufrir las consecuencias por uno de los peores delitos que un ser humano puede cometer. Desde el código de Hammurabi (1760 a.C.) hasta la actualidad, pasando por las Tablas de Moisés, matar merece un grave castigo. Sin embargo, llegamos a la Audiencia Provincial de Palma que debe ser de otra galaxia y los peores delitos se convierten en los más laxos. Hasta el punto de que en virtud de la voluntad de pacto del fiscal de turno, el homicidio con arma de fuego se castiga con siete años y medio de cárcel.

El 7 de septiembre de 2009, José Ortega ‘el Farru’ asesinó a Josefa Moreno ‘la Parrala’ de un tiro en la cabeza. En la casa de esta, en Son Banya y al parecer mientras le reclamaba 15.000 euros de sus negocios con la droga. La fiscalía pedía inicialmente 18 años de cárcel para José Ortega. Debía celebrarse el juicio con jurado popular en la Audiencia pero el homicida reconoció la autoría del crimen y llegó a un pacto con la fiscalía, entente por el cual sólo cumplirá siete años y medio de cárcel, lo que significa que tras poco más de cinco años podría estar en libertad condicional. ¿Se imaginan? A este nivel de embrutecimiento hemos llegado.

Matar a alguien en Baleares se castiga con la pena récord (por lo nimia, claro) de tan solo 7 años y medio de prisión. Hay casos, algunos muy sonados de la fiscalía anticorrupción, donde no consta que se matase a nadie y se piden penas de cárcel muy superiores. ¿Les parece lógico? Yo lo atribuyo a que los narcos de Son Banya tienen cera del Corpus y a que los fiscales solo se muestran valientes con según quién. Este conchabeo del Ministerio Fiscal con delincuentes confesos siempre me ha parecido indecente y asqueroso. ¡Qué barato cobran los fiscales la vida de un ser humano!


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